Según nuestras mediciones (tabla comparativa), el habitáculo del Kadjar es muy similar al del Nissan Qashqai en todas sus cotas. Y, como éste, es equiparable en amplitud al de sus principales alternativas.
Hemos conducido unidades con y sin techo solar. Es un techo de cristal fijo con una cortinilla que se acciona mediante un mando. Con este elemento, se pierde algo de altura libre, pero tampoco de forma grave. Un pasajero de algo más de metro noventa irá cómodo de conductor y podría hacer un viaje en las plazas traseras, eso sí, sacrificando algo el confort porque tendría que recostarse un poco para que la cabeza no le rozase en el techo.
El acceso al habitáculo no requiere de una agilidad especial porque ni el piso ni los asientos están muy alejados del suelo. Quizá haya personas a las que superar el obstáculo que crea el umbral de la puerta les resulte molesto. En otros modelos, este umbral está al mismo nivel que el piso del vehículo pero en el Kadjar queda más alto y no es difícil que el pie choque contra él (por ejemplo, al bajarse del coche). Lo conveniente es probarlo varias veces para ver si puede suponer una molestia.
El diseño del salpicadero es agradable. Nos ha resultado fácil encontrar a la primera todos los mandos. El que está más escondido es el del control de estabilidad (a la izquierda del volante y tapado por éste), pero usarlo será algo menos que ocasional.
La pantalla del sistema multimedia R-Link 2.0 (el de mayor calidad que puede llevar el Kadjar) se ve mucho mejor que la que tiene el Renault Clio y responde mejor a las órdenes que se hacen con los dedos, aunque no siempre lo hace a la primera. Este sistema permite configurar los menús que aparecen en la pantalla de inicio, de tal manera que el usuario pueda encontrar con más facilidad lo que busca (imagen). La oferta de conectividad incluye doce meses de acceso gratuito a TomTom Traffic —la información de tráfico en tiempo real de TomTom—, de actualizaciones de la cartografía Europa y de acceso al R-Link Store para descargar aplicaciones (gratuitas o de pago). La conexión por bluetooth con el teléfono móvil ha sido sencilla (lo hemos probado con un Samsumg Galaxy Core) y la calidad de emisión de voz, igual de mala que en el Renault Clio (lo habitual es que el interlocutor tenga dificultad para entender).
En la consola hay un asidero donde se puede sujetar el pasajero (imagen). Los plásticos que recubren la parte superior del salpicadero y los paneles de las puertas son blandos; el resto, no. El conductor dispone de un botón (imagen) para bloquear los elevalunas traseros para evitar que un niño (o un no tan niño) baje las ventanillas, pero también inutiliza los mandos de estas ventanillas de la puerta del conductor. En la consola central no faltan huecos vaciarse los bolsillos y la guantera (imagen) es suficiente para guardar un par de chalecos de emergencia, el manual de usuario y algún que otro objeto. Su interior no va tapizado.
En las plazas delanteras se echa en falta iluminación en los mandos de las puertas (sólo está iluminado tenuamente el mando del elevalunas del conductor). La palanca que sirve para cambiar la altura de los asientos (imagen) es de un plástico delgado y tiene mucho juego lateral, lo que no contribuye a dar buena impresión.
El acceso a las plazas posteriores (imagen) es menos cómodo que a las delanteras puesto que sus puertas son más pequeñas y su ángulo de apertura es más reducido. Recomendamos fijarse en este punto a quien habitualmente transporte en las plazas posteriores personas corpulentas o de escasa movilidad.
En las plazas posteriores hay 137 cm de anchura medidos a la altura de los hombros. No es mucho, pero quizá sí suficiente para que viajen tres personas poco corpulentas e insuficiente para colocar tres sillitas infantiles si las de los extremos se quieren sujetar con los anclajes Isofix (los cuales están perfectamente accesibles). El piso no es totalmente plano, dado que en el centro hay abultamiento que sobresale varios centímetros. Algunos de los rivales del Kadjar que sí tienen el piso plano (o casi) en esa zona son el Hyundai Tucson o el KIA Sportage (el Toyota RAV4 también, pero es un modelo de mayor tamaño y precio). El piso plano en las plazas traseras puede ayudar a que los desplazamientos sean más confortables.
Los asientos posteriores son correctos, salvo porque el resposacabezas queda bajo para las personas altas. Hemos intentado subirlo y nos hemos quedado con él en la mano, puesto que sus guías son demasiado cortas y sólo tienen un punto de enclavamiento.
Los pasajeros de estas plazas no tienen salidas de aire distintas a las que hay para los pies ni tomas de corriente de 230 V o USB, pero sí una de 12 V (imagen) y luces de lectura (imagen). Las bolsas rígidas de las cuatro puertas están diseñadas para colocar, tendidas, unas botellas de agua de pequeño tamaño (imagen).
El borde del maletero está a 79 cm del suelo, que es mucho (el de un Ford Kuga está a 67 cm, el de un KIA Sportage a 76 cm). El espacio de carga es regular, por lo que es fácil de colocar el equipaje aprovechando todo el espacio. Está iluminado por un solo punto de luz (en el lado izquierdo), no tiene ninguna toma de corriente y hay dos ganchos para colgar bolsas. Estos ganchos no nos han sido de mucha utilidad puesto que son tan pequeños que no hemos conseguido introducir las asas de las típicas bolsas de plástico que venden en los supermercados. Junto a esos ganchos, hay unos tiradores (imagen) que sirven para abatir los respaldos de las plazas posteriores; la superficie resultante no queda completamente plana sino que está en ligera pendiente (imagen con las distintas configuraciones).
Bajo el piso hay un doble fondo (imagen con el maletero cubierto por la balda que hace de doble fondo e imagen sin ella) de dimensiones 109 x 69 x 7 cm. Y bajo él está la rueda de repuesto opcional (imagen), que es de emergencia, pero no de las más pequeñas. No lo hemos medido, pero quizá haya sitio para una del mismo tamaño que las otras cuatro