El Renault Fluence es una berlina de cuatro puertas derivada del Renault Mégane con el que comparte parte de la estructura, aspecto y materiales de recubrimiento del interior. Sin embargo, por tamaño (mide 4,62 m de longitud) se parece mucho más a un Renault Laguna, modelo que solo es 8 cm mayor.
A pesar de que el Fluence es más pequeño (por fuera) que el Laguna, tiene casi el mismo espacio para ocupantes y su maletero es de mayor capacidad. El Renault Laguna tiene materiales de recubrimiento de aspecto más refinado, más posibilidades de equipamiento y puede llevar motores más potentes.
El Renault Fluence no es barato (todos los precios). La variante menos costosa —con motor de gasolina de 110 CV— cuesta 16.115 €. Un Chevrolet Cruze y un Opel Astra Sedan son claramente más económicos y un Ford Focus Sedán es algo más caro y un Volkswagen Jetta mucho más. Un competidor muy duro para el Renault Fluence es el Škoda Octavia, que tiene un precio muy parecido, un maletero todavía mayor y tiene más espacio para los ocupantes de las plazas traseras.
Respecto a un Laguna, la diferencia de precio a favor del Fluence es sensible, pero no enorme: un Fluence Diesel de 110 CV cuesta 18.415 € mientras que el Laguna con el mismo motor cuesta 20.115 €. La diferencia se reduce si se iguala el equipamiento de los dos modelos.
Una de las cualidades más sobresalientes del Renault Fluence es su confort de marcha. Al menos con el motor Diesel de 110 CV es silencioso y tiene una suspensión blanda que aísla muy bien a los ocupantes del estado de la carretera. De hecho, me parece un poco más suave y cómodo de suspensión que un Renault Mégane normal y que un Renault Laguna.
Como suele ser normal en muchos modelos de Renault, el volante, los pedales y el cambio de marchas manual se manejan haciendo poca fuerza. Quien esté acostumbrado a coches con mandos más duros, puede que al principio encuentre los del Fluence demasiado suaves. Esta suavidad no significa que sean imprecisos o que tengan mal tacto.
Hemos probado la versión del Fluence con motor Diesel de 110 CV y nos parece que es la más adecuada para circular con carga, algo para lo que este coche está predispuesto, pues su maletero tiene 530 l de capacidad. Lo más sobresaliente es su bajo consumo. Según nuestras mediciones es uno de los coches de su tamaño que menos carburante gasta. Se puede elegir con cambio manual de seis marchas (como lo hemos probado en km77.com) o con uno automático (de doble embrague) del mismo número de relaciones, del que todavía no tenemos referencias.
Los otros motores posibles para el Renault Fluence son uno Diesel de 90 CV y dos de gasolina de 110 y 140 CV. También hay una versión eléctrica (no híbrida) del Fluence (denominada Fluence Z.E) que estará en venta en verano de 2011.
Algunos detalles de equipamiento
Todos los Fluence tienen de serie seis airbags, control de estabilidad, aire acondicionado, programador de velocidad y fijaciones Isofix en las plazas traseras para sillitas de niños.
La unidad que hemos probado, con el acabado («Dynamique»), tiene de serie unos cuantas elementos de equipamiento que están disponibles como paquetes de opciones en el más económico «Expression». Uno de ellos es «Pack Confort» que incluye dos opciones que a mi juicio hay que tener muy en cuenta: un sistema acústico de ayuda al aparcamiento, especialmente útil en este coche porque es difícil adivinar dónde termina la parte trasera de la carrocería. También incluye acceso y arranque sin llaves o «Tarjeta manos libres», según lo denomina Renault. Realmente no es una tarjeta al uso (no cabe en una cartera, pero puede llevarse en un bolsillo y no abulta), pero me gusta más que el tradicional mando a distancia que tienen muchos coches porque normalmente son más grandes, pesados y molestan más en el bolsillo. Este paquete también incluye cortinillas en las puertas traseras y en la luna.
El otro paquete es el «Pack Clima». Incluye un climatizador de dos zonas cuyo funcionamiento me ha parecido bueno pues con tiempo fresco caldea el habitáculo con rapidez y una vez que ha alcanzado una temperatura seleccionada la mantiene haciendo poco ruido y sin hacer llegar corrientes de aire a los ocupantes.
También es posible instalar en el Fluence faros de xenón. Aunque no los he probado no me parecen imprescindibles para quien no vaya a conducir mucho por la noche en vías sin iluminar porque los faros de serie alumbran suficientemente bien. En opción también puede llevar un navegador integrado en el salpicadero «Carminat TomTom», con pantalla en color de 5,8” y una cartografía que da poca calidad gráfica. Se maneja exclusivamente desde un mando a distancia que es mejor manipularlo en parado o por el acompañante porque distrae mucho mientras se conduce.
Como el Mégane Sedán, al que reemplazó, el Fluence (y Fluence Z.E) se fabrica en la factoría Oyak-Renault de Bursa (Turquía). En esta planta, también se producen el Clio Grand Tour y el Symbol (una berlina de cuatro puertas que Renault vende en países como Turquía, Rumania, Rusia, Argentina y Brasil, entre otros). El Fluence se comercializa en más de 80 países (en algunos de ellos bajo la marca Samsung y modelo SM3).
No todos los elementos de la estructura del Fluence derivan del actual Mégane; por ejemplo, la suspensión delantera tiene más parecido con la del Mégane anterior.
Precio del seguro
Hemos hecho una comparativa del precio de un seguro a todo riesgo para un Renault Fluence 1.5 dCi 110 CV y otro para un Renault Laguna con el mismo motor, ambos con el menor equipamiento posible. El tomador del seguro sería un hombre de 41 años (con 20 de antigüedad de carné) que vive en Madrid, guarda el coche en un garaje colectivo y recorre hasta 20.000 km anuales. El precio más bajo lo ofrece Balumba y es 750 €. Esta póliza tiene buena relación entre precio y calidad (7,07 puntos). El coste del precio del Renault Laguna mencionado también es 750 €, lo ofrece la misma compañía y tiene la misma calidad.