Las prestaciones que nos ha dado nuestra unidad de pruebas del 307 HDi han sido lentas. Esperábamos que fuera más lento que el 306 o el Xsara con el mismo motor, porque pesa más y tiene más resistencia aerodinámica, pero no tan lento. Trataremos de repetirlas con una unidad distinta.
A juzgar por lo que hemos medido, el 307 es el más lento de los Diesel en torno a 90 CV, sobre todo desde que el Almera tiene un grupo más corto del que tenía inicialmente. En circulación más o menos normal, el coche responde bien y es relativamente elástico. Cuando hace falta mucha aceleración, o bien cuando hay que encarar una cuesta arriba, es preciso apurar el motor al máximo.
La velocidad máxima que declara Peugeot es 179 km/h a 4.000 rpm; nuestra unidad llegaba en llano a 4.150 rpm, por lo que potencia máxima no le debe faltar.
Este motor puede tener dos sistemas de alimentación muy distintos, ambos de conducto común. Uno es Bosch, que trabaja con una presión entre 300 a 1.350 bares, y tiene inyectores electromagnéticos. El otro (que es el que tenía nuestra unidad de pruebas) es Siemens, con una presión entre 220 a 1.500 bares e inyectores piezoeléctricos. También habrá próximamente inyección Lucas. El turbocompresor, que puede ser Garret o KKK, funciona con una presión máxima absoluta de 2 bares.
No es de los que menos gastan. En un uso más bien exigente de carretera, mezclado con ciudad y a veces cargado, nos ha dado 8,9 l/100 km. En carretera de montaña, con frecuentes rampas, y también trato exigente, 9,1 l/100 km. En autopista, a un ritmo en torno al 80 por ciento de la velocidad máxima, también 9,1. En conducción normal, por extrarradio y ciudad, 8,3. Para calcular el consumo hay que contar con un cuatro por ciento de error del cuentakilómetros.
Las demás cualidades de este motor permanecen intactas: es el más suave y silencioso y, por ello, el más recomendable para quien anteponga el confort a las prestaciones.