La suspensión además de ser suave es cómoda; absorbe bien los baches, por lo que transmite pocas vibraciones o movimientos secos a los pasajeros. Por ejemplo, es más cómodo por suspensión que un Opel Corsa, que un Toyota Yaris (en menor medida), y está a la altura de un Renault Clio.
El Peugeot 206 va bien en cualquier tipo de carretera, a un ritmo normal o rápido. En carretera con muchas curvas, en una conducción muy rápida, lo normal es que sea ligeramente subvirador. En condiciones muy adversas (como cambios de apoyo bruscos, frenada en bajada, o ambas cosas), puede reaccionar con un sobreviraje más rápido que otros coches de este tipo, como el Clio. El Peugeot 206 no tiene control de estabilidad, que puede resultar muy útil en esas circunstancias.
El tacto de la dirección es bueno y tiene 3,4 vueltas de tope a tope. Me ha parecido mejorable el recubrimiento plástico del volante. En ciudad se mueve bien por esa rapidez de la dirección, y porque su diámetro de giro es de los más cortos entre los coches de su tamaño.
La palanca de marchas tiene unos recorridos más bien largos, pero hace falta muy poca fuerza para cambiar de marcha. En ocasiones fallaba la marcha atrás.
Es de los utilitarios que mejor ha frenado, y tiene una resistencia al calentamiento suficiente para un uso normal.