Sin llegar al nivel de coches como un BMW M3, no hay ningún otro modelo que merezca más el calificativo «deportivo» que el Peugeot 206 RC.
Por prestaciones, frenada y —sobre todo— por estabilidad, es la mejor alternativa para quien quiera un coche rápido en carreteras de muchas curvas.
Tiene además una forma de desenvolverse en esas carreteras que resulta muy atractiva para quien disfrute de que el coche sea muy ágil, con reacciones muy directas y muy poco amortiguadas.
El control de estabilidad —que es de serie y desconectable— garantiza un nivel de seguridad muy alto, y da al conductor una tranquilidad y una facilidad para ir deprisa que no tendría sin dicho elemento de seguridad.
Por sus reacciones nerviosas, no es el más recomendable para quien lo use casi siempre en autopista o autovía. Como coche para viajar es muy ruidoso, tiene una autonomía limitada y sus durísimas suspensiones pueden llegar a cansar a los pocos kilómetros.
Con un aspecto exterior poco sobrecargado, llaman más la atención elementos interiores, como los fenomenales asientos de las plazas delanteras.
Puede ser complicado conseguir una posición cómoda al volante, por que la distancia de las caderas a los pedales, y del tronco al volante no es adecuada para cualquier persona. Le falta ajuste longitudinal del volante.
Con respecto a cualquier otro 206 con carrocería de tres puertas, el RC tiene mermada su faceta práctica por los siguientes motivos: sólo está homologado para cuatro ocupantes, no tiene rueda de repuesto (y sí un kit antipinchazos peculiar) y el diámetro de giro es malo (peor que cualquier 206, incluido el GTi).
El equipamiento de serie en términos generales es abundante (tiene control de estabilidad, conexión automática de luces y limpiaparabrisas automático). No puede tener airbags de cabeza, o faros de xenón.
Lo más desfavorable es el precio (21.600 €), porque hay alternativas mucho más baratas, como un Renault Clio 3p 2.0 16v 182cv Renault Sport (19.700), un Seat Ibiza 3p 1.8 20VT FR (17.425 €) o un MG ZR 1.8 VVC 3p (18.950 €). Incluso coches más grandes y no necesariamente menos potentes tienen un precio muy parecido (tabla comparativa).