El Mercedes-Benz E 220 CDi tiene tres niveles de equipamiento: Classic, Elegance y Avantgarde. En cualquiera de ellos ofrece de serie un buen número de automatismos: elevalunas y retrovisores eléctricos, apertura y cierre de puertas y ventanillas con mando a distancia, programador y limitador de velocidad de crucero, volante con mandos multifunción, asientos delanteros con mando eléctrico para regular la altura de la banqueta e inclinación del respaldo o reposacabezas traseros que se abaten apretando un botón.
Al Classic le falta llantas de aleación, retrovisores antideslumbramiento o doble parasol con espejo iluminado, que sí tiene el Elegance. Para la versión Avantgarde se reserva como equipo de serie faros de xenón (con reglaje en altura automático), suspensión rebajada, unos lavafaros y llantas de aleación de 16 pulgadas (en lugar de 15).
El nivel de terminación interior de Mercedes-Benz es sobresaliente. Todos los elementos tienen un ajuste perfecto, los materiales utilizados son de excelente calidad y el tacto de cada uno de sus mandos transmite sensación de producto bien hecho.
El puesto de conducción es cómodo, aunque para algunos, el volante quedará algo lejos de los pedales. Es completamente inhabitual que, en un coche de este precio, el reglaje vertical y longitudinal del volante sea una opción, incluida en un grupo de opciones que cuesta 170.000 pesetas. Por el contrario, es positivo el sencillo accionamiento del cambio, el acertado relleno y forma de los asientos, y el agradable tacto del cuero que recubre el volante y el pomo del cambio (en las versiones Elegance y Avantgarde). Además, desde los mandos multifunción del volante, manejamos con facilidad el radiocasete, el ordenador de viaje y el sistema denominado COMAND (si lo hemos adquirido opcionalmente), que agrupa el equipo de audio, el navegador por satélite, el teléfono y la televisión.
Opcionalmente está disponible un útil sistema de ayuda en aparcamiento, denominado Parktronic (153.600 ptas.), que actúa mediante unos sensores situados en los paragolpes y nos indica en el interior la proximidad con otro objeto, a través de unos indicadores luminosos situados en la consola central y de unas señales acústicas intermitentes.