Mercedes-Benz ofrece opcionalmente en el Clase E un cambio automático (366.000 ptas.) controlado electrónicamente, que —en cierta medida— adapta su funcionamiento a las maniobras que el conductor lleve a cabo en cada momento. En una conducción suave, cambia de marcha a bajo régimen; en una conducción con fuertes y frecuentes aceleraciones, cambia más cerca del régimen máximo.
Este cambio de cinco velocidades tiene un mando secuencial para eliminar alguna de ellas (no para seleccionarlas, como ocurre con otros cambios con este tipo de mando). Por ejemplo, si se selecciona la posición «3», se eliminan la cuarta y la quinta velocidad; el cambio funcionará entonces sólo con primera, segunda y tercera; esto puede ser útil en ciudad, donde a veces no es deseable que el coche circule en marcha muy largas. Este sistema de funcionamiento no es nuevo (es el que ha tenido Mercedes-Benz y casi todos los cambios automáticos durante décadas); lo nuevo es el sistema para eliminar velocidades: antes con una palanca de varias posiciones, ahora con un mando secuencial.
Una pantalla situada en la instrumentación indica la marcha que está engranada y si hay un programa de funcionamiento especial activado: «invierno» o «sport». El primero está indicado para circular por superficies deslizantes, porque tiende a engranar marchas más largas de lo normal. El «Sport», por el contrario, tiende a cambiar a un régimen más alto de lo habitual, para mejorar la aceleración.
Las cortas distancias de frenado que han reflejado nuestras mediciones corroboran la buena impresión que dan los frenos. El tacto del pedal hace que la frenada sea fácil de dosificar y el sistema aguanta el sobrecalentamiento en condiciones normales. No obstante, en una conducción exigente no es difícil que se produzca dicho sobrecalentamiento y los frenos pierdan cierta eficacia debido al elevado peso del coche.
La dirección del Mercedes-Benz E 220 CDi es precisa y, aunque su grado de asistencia es suave, resulta agradable en el uso habitual. Su desmultiplicación es algo grande (no es muy «directa») y tiene un radio de giro que hace este coche muy manejable a pesar de su longitud.