A todos aquellos que, entre los deportivos de esta categoría, busquen el más rápido y eficaz en una carretera de curvas, tengo claro que les recomendaría el Ford Focus RS 200.
Es, sin duda, el más eficaz en carreteras de curvas, muy a la par con el Seat León Cupra R y por encima de coches ya de por sí muy rápidos, como el Alfa 147 GTA, el Subaru Impreza WRX Turbo o el Volkswagen Golf R32. El Honda Civic Type-R podría estar casi al nivel del RS 200 si tuviera algo más de potencia y mejor motricidad.
Este Focus es un deportivo con mayúsculas, con todas sus ventajas en prestaciones o estabilidad, y todos sus inconvenientes en confort, sonoridad o consumo. Entre los modelos de su categoría, me parece el más rápido y también el más exigente de conducir. No tiene ayudas electrónicas de ningún tipo, salvo un eficaz antibloqueo de frenos (ABS). Su bastidor está perfectamente puesto a punto para dar buen resultado en tramos con curvas y lleva un diferencial autoblocante mecánico que aporta una capacidad de tracción sobresaliente.
El autoblocante permite sacar al Focus RS 200 el máximo partido a los 215 CV de su enérgico motor turboalimentado, pero también obliga a sujetar con firmeza el volante al producirse tirones en la dirección mientras está actuando.
Creo que tan sólo aquellos conductores que tengan un gran nivel de control sobre el vehículo serán capaces de apreciar las ventajas que ofrece un Focus RS 200 en conducción a fondo, frente a otros modelos también tan deportivos como el Alfa 147 GTA, Audi S3, Seat León Cupra R o Volkswagen Golf R32.
Nuestro cuadro comparativo de mediciones muestra que en aceleración es ligeramente más rápido que el el Alfa 147 GTA (250 CV) y claramente más que el Golf R32 (241 CV). También recupera más que ellos, si comparamos los valores en las marchas más largas. En el Focus RS se echa en falta un cambio de seis velocidades.
La carrocería del RS 200 poco tiene que ver con un Focus normal: está ensanchada, tiene prominentes tomas de refrigeración del motor y unos neumáticos en medida 225/40 con llantas de 18 pulgadas de diámetro.
El habitáculo también se distingue con unos asientos tipo bacquet que ofrecen una buena sujeción, elementos decorativos derivados de la competición (pomo del cambio, freno de mano y pedales en aluminio), un botón de arranque como en los coches de carreras y una instrumentación específica.
Aunque el ajuste y presentación de todos los elementos es de buena confección, el Focus RS 200 no está a la altura del Alfa 147 GTA, Audi S3 o Golf R32 en cuanto a calidad percibida de los plásticos empleados en su interior o nivel de equipamiento.
También creo que son mejorables ligeros detalles en su puesto de conducción, como el ajuste del volante o la escasa instrumentación. Por espacio e incomodidad de acceso, no parece el coche más recomendable para viajar con pasajeros en las plazas traseras. Tiene un maletero algo más amplio (350 litros) y aprovechable que otros deportivos de este tipo.