Las prestaciones del Fiesta Coupé 1.6 son buenas teniendo en cuenta su potencia. Según nuestras mediciones, su capacidad de aceleración es la misma que un Renault Clio 1.4 16V (98 CV) y es más rápido que un Seat Ibiza 1.4 16V de idéntica potencia que el Fiesta.
Su capacidad de recuperación también es buena en términos absolutos y es mejor que los dos ejemplos mencionados anteriormente.
En el Fiesta, este motor tiene una buena respuesta en todo momento, con una progresiva entrega de potencia. A bajo régimen su reacción al hundir el acelerador es más enérgica y da más aceleración que el Clio o el Ibiza.
Da la potencia máxima a 6.000 rpm y el corte de inyección está a 6.800. Hicimos la medición de máxima capacidad de aceleración desde 80 km/h de dos maneras distintas. En la primera probamos a salir en segunda velocidad (a 6.200 rpm) y cambiar a tercera a 6.750 rpm. En la segunda comenzábamos la maniobra en tercera (a 4.100 rpm) y cambiábamos a 6.500 rpm.
Los resultados obtenidos son casi exactamente iguales. Esto quiere decir que no compensa para nada apurar hasta el máximo de revoluciones el motor, pero también que no hay que preocuparse de cambiar en un momento de apuro porque el motor responde hasta un régimen muy alto.
El consumo por carreteras interurbanas, a ritmo tranquilo pero con cambios habituales de ritmo y algo de ciudad, ha sido 8,7 litros cada 100 km. En autovía, a un crucero de 4.000 rpm (aunque a veces más lento por causa del tráfico y acelerando a fondo en pocas ocasiones) que equivale a 130 km/h, ha gastado 7,5 litros. En conducción por autopista casi al máximo de posibilidades ha gastado unos 11,2 litros cada 100 km.
Todos los que hemos conducido este modelo coincidimos en que es un motor ruidoso, pero los mayores ruidos que se escuchan a alta velocidad son los del techo solar opcional. No es un fallo exclusivo de esta versión, otras unidades del Fiesta que he conducido con techo solar también eran ruidosas a alta velocidad; no sabría decir si lo son tanto como el coche de esta prueba.