Quien valore a un deportivo por lo que puede acelerar en recta, posiblemente se sienta defraudado con el Fiesta ST.
Por el contrario, quien busque uno de buen tacto, muy estable en carreteras lentas (con buen firme o sin él) y con frenos eficaces, tiene pocas alternativas preferibles al Fiesta ST, dentro de un margen de precio amplio. Si el margen de precio es estrecho (hasta 16.000 €), entonces no hay ninguna alternativa mejor.
Se vende exclusivamente con carrocería de tres puertas y cuesta 14.725 €. No hay ningún otro utilitario con una potencia semejante que cueste menos, incluso es más barato que algunos que son menos potentes.
Hay modelos menos potentes, como un Peugeot 206 GTI o un Volkswagen Lupo GTI, que tienen unas prestaciones iguales o mejores. Su respuesta al acelerador no es mala, y no es de esos coches que se notan faltos de fuerza en algún margen de régimen. Ahora bien, la impresión que da es que lleva un buen motor de unos 130 CV, no de 150.
Aunque la relación entre potencia y prestaciones es mala, la que hay entre precio y prestaciones no lo es: cuesta menos que otros coches de prestaciones semejantes (aunque menos potentes). Dado un presupuesto entre 14.000 y 16.000 €, no hay coches mucho más rápidos. Un SEAT Ibiza FR 1.8 T (de 150 CV) sí es mucho más rápido, pero cuesta 2.800 € más que el Fiesta ST.
En estabilidad me parece que está al mejor nivel, sin ningún condicionamiento de precio. Hay coches más ágiles, como un Mini Cooper S o un Peugeot 206 RC, pero son más exigentes para el conductor. Un Fiesta puede ser muy divertido de conducir, y también más seguro si se pone la opción de control de estabilidad (cuesta 750 €, un cinco por ciento del precio del coche).
El control de estabilidad me parece imperativo en cualquier coche, y la falta de él como equipo de serie me parece un fallo más grave en los que —como éste— están hechos para disfrutar conduciendo rápido por carreteras lentas. Además, en el equipamiento de serie también falta el control de tracción, que está disponible opcionalmente integrado en el control de estabilidad.
En este tipo de coche (pequeño y potente) el coste del seguro es grande; hay compañías que sencillamente no lo aseguran. Aunque no cabe esperar mucho de las compañías de seguros en este sentido, un buen comienzo para reducir la siniestralidad (que es lo más importante) y el coste del seguro (que es secundario) sería un control de estabilidad no desconectable de serie.
Como coche de uso diario es mejor que otros deportivos, aunque tiene algunos inconvenientes. Lo más favorable es el confort de suspensión, superior al de otros deportivos e incluso al de otras versiones del Fiesta, y un consumo relativamente moderado. Otro aspecto favorable es que el motor lo hace agradable de conducir. Los inconvenientes en este tipo de uso son principalmente dos: en carretera es muy ruidoso y en ciudad es poco maniobrable (el radio de giro es amplio).