El equipamiento de este coche es muy rico, aunque hay muchos elementos que son opcionales. Llaman la atención no sólo algunos de los elementos de equipamiento que tiene, también el grado de desarrollo de algunas de esas cosas.
Hay muchos coches en el mercado que indican cuándo hay que realizar una inspección. Éste, además, da detalles sobre el plazo (en kilómetros o tiempo) en el que hay que hacer determinadas tareas de mantenimiento: inspección general, inspección de los gases de escape, sustitución de microfiltro, de pastillas de freno delanteras, de pastillas traseras, de refrigerante, de lubricante y de bujías. Por ejemplo, en nuestra unidad de pruebas (que tenía 3.000 km) faltaban 25.000 km para reemplazar las pastillas delanteras y 60.000 para las traseras.
Como otros coches, memoriza averías o fallos, pero además las puede mostrar al conductor y enviarlas a un centro de diagnóstico remoto, si es preciso. En el mando a distancia quedan registrados datos como kilometraje, número de bastidor y servicios técnicos realizados. La pila del mando a distancia se recarga al conectar el mando.
Uno de los elementos opcionales que me parecen más recomendables es el sistema de ayuda al aparcamiento (PDC). A partir de la silueta del coche, es posible ver en el monitor dónde están los obstáculos. Sería más útil si fuera un poco más preciso, porque no distingue entre tocar el obstáculo y estar a 20 cm de él.
Las puertas tienen opcionalmente (853 €) un sistema para dejarlas sujetas. Hay que abrirlas hasta un punto en el que se encuentra más resistencia; hasta ese punto es como una puerta normal. Después de ese punto, se queda inmóvil en el sitio donde se deje de abrirla. Es un sistema mejor que el de puntos de anclaje fijos, pero tiene el inconveniente de que, además de hacer fuerza para empujar la puerta, hay que sujetarla para no golpear nada con el impulso.
Hay una opción de apertura y cierre automática del maletero (687 €). Se puede abrir desde un botón del salpicadero, con un botón en la tapa del maletero y con el mando a distancia, pero sólo se puede cerrar desde la misma tapa del maletero. Es cómodo, pero lo sería más si hubiera más posibilidades para cerrarlo.
Aquí hay otros elementos de equipamiento. Hay distintas funciones que se pueden configurar, pero requieren la intervención del concesionario. Éstas son algunas de ellas.
La calidad de acabado no me parece que esté al nivel del anterior Serie 7, al menos de momento
En primer lugar, hay materiales que no parecen a la altura de lo que cabe esperar de un coche así. Los mandos giratorios del salpicadero son de un plástico duro (en coches más baratos son de plástico pintado o goma) y tienen un tacto malo, como si rozaran en su alojamiento. Hay plásticos duros en otras partes, como la tapa de la pequeña guantera central, en parte del salpicadero, en lo soportes de los tiradores interioresde las puertas o en las tapas de los ceniceros traseros.
Tiene adornos de madera de cerezo o fresno, junto con piezas de plástico que tienen aspecto de madera (la tapa del cenicero o una pieza grande en la bandeja trasera). El recubrimiento de los parasoles es también un poco basto, con filo en sus bordes.
En segundo lugar, hemos encontrado más fallos de ajuste y funcionamiento de lo que esperábamos en un coche de esta clase. Uno de los más curiosos es que el navegador tenía la extraña costumbre de acabar las frases diciendo «tresd» («gire a la izquierda a 300 metros, tresd»). En ningún caso es nada grave, pero desentona que en un coche así haya ceniceros que no abran o cierren bien, o que remates de madera del salpicadero tengan más holgura por un lado que por el otro.