Para la mayoría de los periodistas del motor es normal aceptar regalos de las marcas. Tan normal es, que algunos los toman como parte del trabajo y no dejan que afecten a sus juicios.
Que hay otros que sí están influidos por estos regalos, y por otros medios con los que las marcas quieren comprar su voluntad, no se puede demostrar. Como cada uno es la máxima autoridad en sus intenciones, siempre podrá decir que no le afecta el trato que le dan las marcas.
Demostrarlo no se puede, pero mostrarlo quizá sí. La elección del «Coche del año en España» es dentro de unos días, pero todo el mundo dentro de la prensa del motor sabe que va a ganar el Chrysler PT Cruiser.
Chrysler empezó a ganar el trofeo en verano, cuando hizo préstamos del coche mucho más largos de lo normal para una prueba. Ahora ha rematado la operación con una cena donde ha regalado un ordenador portátil a todo el que es jurado y a algunos que no lo son.
Todos los que den ganador al PT Cruiser podrán decir que habría sido su elección con o sin ordenador. Un argumento así no lo puedo discutir, no tengo una prueba en contra. Pero que no lo pueda discutir no significa que me lo crea.
No soy el único que no se lo cree. Está claro que en Chrysler hay alguien que piensa como yo.
Lo anterior está publicado en la fecha indicada arriba, 15 de diciembre de 2000. El 16 de enero de 2001, la Agencia EFE publica que el Chrysler PT Cruiser es el coche del año en España, casi con tres veces más votos que el segundo (Opel Corsa), con cinco veces más que el tercero (Ford Mondeo) y con una diferencia aún mayor sobre coches como Peugeot 607, Volvo S60, Audi A2, Nissan Almera Tino o Mercedes Clase C. |