El Mercedes-Benz Clase E Coupé es un vehículo excepcional para viajar. Tiene una suspensión que procura que la carrocería se mueva poco y que la trayectoria se aparte poco de la que busca el conductor aunque el firme esté deteriorado. Es curioso que un coche bajo y con —aparentemente— poco recorrido de suspensión, absorba tan bien las irregularidades del piso. A veces, llega a parecer que las carreteras están en mejor estado de lo que realmente están.
Pero la clave del Clase E Coupé no sólo es que su suspensión es blanda y cómoda. Como muchos Mercedes-Benz, el Clase E Coupé es muy seguro pues cuando pierde la trayectoria responde con bastante suavidad. Eso da más oportunidades —y sensación de seguridad— a su conductor que otros coches que son más rápidos y violentos cuando pierden adherencia (como ocurre con algunos BMW). En nuestra maniobra de esquiva en circuito no conseguimos una velocidad de entrada elevada, pero se aprecia que el coche se mostró progresivo y previsible.
La suspensión que trae de serie se denomina «tren de rodaje AGILITY CONTROL con amortiguación selectiva y altura rebajada». Es de muelles helicoidales y parece un poco más firme que la del Clase E Berlina con la misma configuración. Por ello, el Clase E Coupé cambia de apoyo con más rapidez y tiene menos tendencia a arrastrar el morro en giros cerrados (aunque parte de esa mayor agilidad también se debe a que la batalla es más corta y a que la alineación de las ruedas puede ser distinta). No obstante, no es un cupé deportivo hecho para curvas lentas. Opcionalmente hay una suspensión con muelles neumáticos que no he probado y no sé si es preferible, pero tiene características que pueden ser muy útiles en determinadas circunstancias, como incrementar la distancia libre al suelo para superar pequeños obstáculos.
Nuestra unidad de pruebas tenía montado el paquete AMG Line, que consta de muchos elementos decorativos y de otros que supuestamente sirven para mejorar el rendimiento en conducción deportiva: discos de freno delanteros perforados y neumáticos más anchos (de medidas 245/40 R19 los delanteros y 275/35 R19 los traseros; unos Pirelli PZero). Desconozco qué resultado dan los frenos de serie, pero los perforados no resisten bien el calentamiento por el uso continuado (desfallecen después de unas pocas frenadas intensas). En frío tampoco lucen (ni los frenos ni las ruedas tan anchas) pues su capacidad para detener el vehículo es normal: hemos obtenido una distancia mínima de 54,1 desde 120 km/h.
El Mercedes-Benz Clase E Coupé básico tiene un motor Diesel de 194 caballos y su velocidad máxima es de 242 km/h. Esta altísima velocidad (para la potencia) da una idea de lo bien que se mueve en carretera abierta. Es de ese tipo de vehículos que pierden poca velocidad en autopista cuando se levanta el pie del acelerador. Ello se debe a varios factores como que los desarrollos de transmisión son muy largos (aún no disponemos de los datos exactos en cada marcha, pero a modo de aproximación podemos decir que a 120 km/h el motor funciona a unas 1500 rpm en novena marcha), a que en el modo Eco el motor se desconecta de la caja de cambios para que la influencia del freno motor desaparezca, a que la resistencia aerodinámica al avance es relativamente reducida y a que el peso es elevado (1800 kg). A parte del programa Eco, hay otros tres: Normal, Sport e Individual (personalizable) y se eligen desde un mando en la consola (imagen). En el modo Sport, por ejemplo, la caja de cambios tiene tendencia a engranar marchas más cortas, algo que puede ser útil en carreteras de curvas donde queramos disponer de algo más de retención a levantar el pie del acelerador y menor tiempo de respuesta a la salida de las mismas. No obstante, es posible elegir marchas manualmente desde unas levas que hay detrás del volante (imagen).
Comparativamente, la velocidad máxima del Clase E Coupé Diesel de 194 CV es más brillante que la aceleración máxima. Sin embargo, no le falta reprís para circular con agilidad. Según nuestras mediciones, ha empleado un mínimo de 6,4 segundos para pasar de 80 a 120 km/h que, por poner un ejemplo, es ligeramente menos de lo que necesitó un Volkswagen Tiguan 1.5 TSI 150 CV DSG 7 vel (6,6 segundos).
Como el Mercedes-Benz Clase E 220 d Coupé mantiene bien la velocidad y la suspensión da confianza, es fácil alcanzar una velocidad media muy alta en un viaje aunque no disponga de muchos caballos. Donde sí se puede echar en falta más potencia es justo a la salida de las curvas lentas, porque se nota que el peso es elevado. No es el típico coche que permite «saltar» de curva en curva con gran rapidez: su forma de rodar se parece a la de un tren de alta velocidad.
El consumo en viaje es normalmente muy bajo. En nuestro recorrido de ida y vuelta por autopista (143 km por una vía con fuertes desniveles y un puerto de montaña), el consumo real fue 5,8 l/100 km, que es muy poco (con el anterior Clase E Coupé de la misma potencia gastamos 6,3 l/100 km), si bien hay que tener en cuenta que es un tipo de recorrido que es favorable a las características de este Clase E Coupé. En ciudad o siempre que haya cambios de ritmo frecuentes, el gasto es claramente superior. Como el depósito tiene 66 litros, la autonomía en condiciones de viaje supera los 1000 km (el depósito de Adblue tiene 22,5 litros y su boquilla de relleno está junto a la del gasóleo).