El objetivo al hacer el Z22, un coche con el espacio interior de un Serie 5, era no pasar de 1.100 kg (lo que pesa un Ibiza Diesel). Para conseguirlo, BMW Technik ha separado la carrocería del bastidor. De esta manera puede aplicar los materiales más apropiados para cada uno de estos elementos. Una ventaja adicional es que, de esta manera, el montaje es más rápido.
La carrocería está hecha principalmente con plástico reforzado con fibra de carbono. Usando este material en casi toda la carrocería, el número de paneles queda reducido de los 80 que sería precisos con una construcción normal a sólo 22, lo que también facilita la fabricación. Según las condiciones de la pieza, el plástico se puede reforzar con otras fibras además de carbono, como vidrio o aramida.
Toda la parte lateral, salvo las puertas, es una única pieza de plástico que pesa 19 kg, la mitad de lo que pesaría una de acero, pero no mucho menos que si fuera de aluminio; en el Audi A2 (más pequeño) este panel hecho de aluminio pesa 14 kg.
De hecho, BMW considera el aluminio como una alternativa para la fabricación de la carrocería. Junto con la empresa metalúrgica alemana LITZ, estudia la estampación de planchas de aluminio de gran tamaño y poco espesor, lo que requiere una gran presión sobre el molde (de momento han llegado a 1.000 bar).
También considera otros metales ligeros, como el magnesio, para piezas tan importante como el cárter del cigüeñal. El problema de usar magnesio en el motor —aun no resuelto— es la corrosión que provoca el refrigerante.
Hay también posibilidades para los materiales compuestos de metal y fibra, como un proyecto de un disco de fibra de carbono con acero y aluminio.