El habitáculo del X3 destaca por la altura disponible, no así tanto por el espacio para las piernas de los pasajeros de las plazas traseras ni por la anchura. Tampoco ofrece ningún sistema que le dote de mayor funcionalidad, como el mecanismo que permite desplazar longitudinalmente los asientos e inclinar los respaldos traseros, algo que sí tienen el Honda CR-V, el Toyota RAV4 o un Volkswagen Tiguan.
El maletero tiene 480 l de capacidad, un volumen suficiente para transportar una cantidad de equipaje normal. Se puede ampliar hasta 1.560 l abatiendo los respaldos traseros, aunque la superficie resultante no es plana puesto que los respaldos quedan ligeramente inclinados. Para evitar que la carga golpee a los pasajeros hay diversos anclajes donde sujetar una red de separación.
La primera sensación que hemos tenido al sentarnos en el X3 es que uno se da cuenta que es un BMW porque lo pone en el volante. El aspecto sobrio y el tacto de algunos interruptores dan una primera impresión alejada de lo que se espera en un coche de este precio. Lo cierto es que, a medida que pasa el tiempo, esta sensación cambia y uno se da cuenta de que el coche está mejor hecho de lo que aparenta. Una muestra de ello es que se percibe una gran solidez, sin ruidos ni vibraciones producidos por piezas mal ajustadas, al circular por carreteras o caminos en mal estado.
Es sencillo encontrar una postura de conducción adecuada, para conductores de muy diversas tallas, gracias a las amplias regulaciones que permiten el volante (en altura y profundidad) y el asiento. El conductor va sentado más erguido que en un turismo pero no tanto como en otros todo terreno (como el KIA Sportage o el Volkswagen Tiguan).
Los asientos de serie son buenos por tamaño y forma. Adecuados para viajes largos. Opcionalmente pueden tener regulación del apoyo lumbar, asientos «deportivos» o «confort» con reglaje eléctrico.
En el caso de la unidad de pruebas, estaban tapizados de un tejido que BMW denomina «Sensatec» (al tacto es como un cuero de superfice basta). Es una opción relativamente barata (155 €) y tiene la ventaja de que este tejido es fácil de limpiar, pero a todos los que lo hemos conducido nos ha parecido que hace que la espalda sude mucho: precisamente por eso, no nos parece recomendable.
Nuestra unidad tenía la opción de navegador. Ésta incluye una pantalla que queda oculta en el salpicadero cuando no se utiliza. Su ubicación nos parece muy buena, ya que no es necesario desviar mucho la mirada para utilizarla.
En la redacción de km77.com tenemos opiniones distintas sobre lo acertado del funcionamiento del mando «iDrive» frente a los sistemas que usan Audi («MMI»), Mercedes-Benz («Command») o Lexus (pantalla táctil). Lo cierto es que todos hemos echado en falta el mando «iDrive» en el X3 porque el sistema que tiene de botones para manejar el navegador, el equipo de audio y el ordenador resulta confuso.
Bajo el apoyabrazos central delantero hay un hueco donde guardar objetos. Si se monta la opción del cargador de seis discos, que va alojado ahí, apenas queda espacio para guardar una libreta o unas llaves. Es extraño que a estas alturas, BMW no utilice en el X3 un equipo de sonido con cargador de discos integrado en el salpicadero.