El BMW M5 tiene algunos detalles interiores diferentes al resto de los Serie 5. La instrumentación, el volante y la consola central son distintos. En la consola central se encuentran los los botones para regular la dureza de la suspensión, el rango de potencia del motor, la rapidez del cambio de marchas y el botón para desconectar el sistema de control de estabilidad DSC. Estas regulaciones pueden hacerse una por una con los botones correspondientes o configurar el conjunto de posibilidades mediante el botón del volante.
Los mandos del «i-Drive» son iguales que en el resto de los Serie 5, pero con ellos se puede regular una función adicional, la MDrive, que permite configurar la potencia, la caja de cambios, el control de estabilidad y la dureza de las suspensiones cuando se aprieta el botón M situado en el volante.
Como el resto de versiones de la Serie 5 de BMW, es un coche cómodo para cuatro ocupantes. Quien use normalmente las cinco plazas y esté preocupado por la comodidad de los que van detrás, mejor que elija otro coche. El túnel central hace que el pasajero del centro tenga que ir con las piernas muy abiertas y, por tanto, resta espacio a los otros dos. Además, si una persona se sienta en el centro, las otras dos quedan desplazadas hacia una parte de la banqueta que no es horizontal, de forma que deben viajar un poco inclinadas.
En el puesto de conducción hay espacio suficiente para que una persona alta no tenga problemas de espacio para las piernas ni de altura. Detrás tiene el espacio normal en una berlina de este tamaño. Quienes prefieran una posición de conducción elevada se encontrarán cómodos en este asiento porque también es posible ir de esa forma teniendo, además, una buena altura libre hasta el techo.
Los asientos del M5 son deportivos y tienen una gran sujeción lateral. Tienen regulación eléctrica y están calefactados; además, el asiento del conductor tiene varias memorias para distintos conductores. Opcionalmente, los asientos pueden ser de contorno variable eléctricamente.
El BMW Serie 5 no tiene ajuste de altura del cinturón y eso es un fallo. El manual de coche no explica cómo hay que colocar el asiento para que el cinturón quede correctamente ajustado en altura.
Alrededor del conductor no hay muchos huecos para dejar cosas pequeñas de forma que queden a mano (el mando del garaje o unas llaves, por ejemplo). Opcionalmente hay un reposabrazos delantero abatible y deslizable, con un compartimento doble y refrigerado. Si el coche lleva teléfono, este compartimento queda casi completamente ocupado.
El tipo de plástico que se puede encontrar en el interior es de muy buena calidad; el peor que se puede ver está en los botones del salpicadero. Casi todos los huecos son de un plástico pintado de tacto suave o están tapizados con tejido.
Hay dos elementos de confort que me parecen muy interesantes y que no puede tener el M5 ni opcionalmente: el freno de estacionamiento automático y un sistema de cerraduras automáticas.
El «i-Drive» centraliza en un solo mando muchas funciones y creo que en general es fácil de comprender y de utilizar con un cierto periodo de adaptación, aunque quien lo maneje por primera vez puede sentirse desbordado. Hay funciones que sólo se pueden manejar desde el i-Drive y llegar hasta ellas supone pasar por varios menús intermedios.
El sistema de ventilación funciona muy bien por capacidad para ventilar sin hacer ruido, por cómo compensa las condiciones exteriores y por las posibilidades de configuración que tiene (que se manejan con el mando central del i-Drive y requieren ser estudiadas y probadas).