Hay siete motores de gasolina diferentes: el del «M5» es un diez cilindros que da 507 CV. Los del «550i» y «540i» son de ocho cilindros, con los sistemas Valvetronic y doble Vanos; el primero tiene 4.799 cm³ de cilindrada y 367 CV; el otro, 4.000 cm³ y 306 CV.
Hay otros tres motores de seis cilindros y que se diferencian de los que tenía la gama anterior en que son de inyección directa, con inyectores piezoeléctricos (son capaces de dar hasta 200 inyecciones por segundo). De este modo, el «530i» da 272 CV (14 más que antes); el «525i» mantiene la misma potencia máxima (218 CV) y el «523i» da 13 CV más (190 CV). También hay un cuatro clindros de inyección directa y 170 CV para el 520i.
De momento, BMW no ha utilizado el motor turboalimentado del 335i en la nueva serie 5, por lo que todos los motores de gasolina siguen siendo atmosféricos.
El «530i» gasta un 14 por ciento menos que el anterior: BMW anuncia un consumo medio de 7,7 l/100 km (0,2 l/100 km menos si tiene cambio automático). Es un valor muy bueno; de hecho, no hay a la venta en nuestro país un coche de tamaño y potencia similar que consuma menos.
De los de su potencia, el que más se aproxima es el Saab 9-5 Sedán 2.3 TS Aero (260 CV y 8,8 l/100 km). El Mercedes-Benz E 350 (272 CV) gasta considerablemente más: 9,7 l/100 km, al igual que el Lexus GS 430 (283 CV y 11,4 l/100 km).
Un Lexus GS 450h (prueba de este modelo), que tiene un sistema de propulsión híbrido y es más potente (da 296 CV), gasta 7,9 l/100 km. El Mercedes-Benz CLS 350 CGI, también con motor de inyección directa pero de mayor potencia (292 CV), también tiene un consumo mayor: 9,1 l/100 km (tabla comparativa).
BMW tiene en su gama de modelos diversas variantes del motor que lleva el «530i» pero todos con inyección indirecta (tienen el sistema Valvetronic): 258 CV en el serie 3 berlina, la serie 6 y la serie 7; 265 CV en el 130i y el Z4 3.0si (prueba); y 272 CV en el serie 3 coupe, el X3 y el nuevo X5. Además, del «530i», el serie 3 cabrio también lleva este motor con inyección directa.
Hay cuatro versiones turbodiésel. El menos potente es el «520d», que tiene un motor de cuatro cilindros, da 177 CV. Los otros tres, los que llevan el «535d», el «530d» y «525d», comparten el mismo bloque de seis cilindros de 2.993 cm³ hecho de aluminio y la alimentación por conducto común e inyectores piezoeléctricos. En lo que se diferencian, principalmente, es en el sistema de sobrealimentación.
El motor del «535d» da 286 CV (14 más que antes), gracias a los dos turbocompresores que tiene. Con él, el 535d acelera de 0 a 100 km/h en 6,4 s y consume 6,8 l/100 km (prueba de este motor en el serie 5 antes de los cambios).
El «530d» y «525d» tienen un único turbocompresor, con el que consiguen 235 y 197 CV, respectivamente. Esto supone que han incrementado su potencia 4 y 20 CV respectivamente, frente a las versiones anteriores (prueba del 530d antes de los cambios). El nuevo «530d» sigue siendo un motor muy bueno por lo bajo de sus consumos (tabla comparativa).