Las puertas delanteras del i3 son grandes, pero no pesadas. Las traseras son mucho más pequeñas y sólo pueden abrirse una vez estén abiertas las delanteras. En ellas van instalados los cinturones de seguridad de los pasajeros delanteros por lo que aunque se puede acceder a las plazas traseras sin necesidad de que los ocupantes de las delanteras bajen del vehículo, deben quitarse el cinturón de seguridad para dejar el paso libre. En este vídeo hay más información sobre el acceso al habitáculo.
No hay pilar central fijo, son las propias puertas traseras las que hacen esa función. La ausencia de pilar cuando se abren deja más espacio para acceder al interior. La ligera estructura de fibra de carbono conlleva algunas penalizaciones, como que el umbral de las puertas está más alto de lo habitual —a 50 cm del suelo— y requiere levantar el pie más. La altura que hay entre la parte inferior y superior del marco de la puerta es 95 centímetros, lo mismo que hay en un Volkswagen Golf de 6ª generación —el modelo con el que hicimos la prueba de larga duración—. Por tanto, aunque el i3 tenga aspecto de monovolumen, el acceso a las plazas traseras es más incómodo que en un monovolumen de tamaño similar. También es más incómodo que en un turismo convencional de cinco puertas, pero más cómodo que en uno con tres.
El habitáculo del i3 es luminoso y da sensación de amplitud. Los asientos de las plazas delanteras son cómodos, aunque durante los primeros kilómetros eché en falta una banqueta un poco más ancha o con los flancos más blandos (circunstancia a la que me acostumbré en poco tiempo). Se puede regular la inclinación del respaldo y la altura del asiento, pero no se puede ajustar el apoyo lumbar. Aunque el reposacabezas no tiene ningún tipo de regulación, a todos los que hemos ido en el coche nos quedaba bien situado. Los ajustes en altura y profundidad del volante son amplios.
El volante, su tamaño y grosor, y la posición de los mandos situados a su alrededor me parecen muy conseguidos. Detrás del volante hay un mando que sirve para arrancar el coche y seleccionar en sentido de la marcha (avanzar o retroceder; imagen). Toda la instrumentación se ve en una pantalla de 6,5 pulgadas (imagen), cuya información no queda invisible por reflejos. Da información, entre otras cosas, de la velocidad, el consumo de energía, la autonomía y los kilómetros recorridos. También hay un gráfico que muestra cuánta energía se está utilizando y cuánta se está recuperando en cada instante.
En la parte superior y central del salpicadero hay una gran pantalla de 10,25 pulgadas. En ella se muestra toda la información relativa al navegador, sistema de audio, configuración del vehículo y otros datos de los que damos abundante información en el apartado de sistema multimedia. Es una pantalla de gran calidad, tanto por resolución como por ausencia de reflejos. Entre los dos asientos se encuentra el mando circular y los botones con los que se manejan la pantalla. Al lado de este mando está el botón que activa y desactiva el freno de estacionamiento y otro botón para cambiar entre los diferentes modos de conducción (imagen; más información sobre ellos en impresiones de conducción).
A pesar de que el salpicadero tiene un diseño futurista y poco convencional, resulta práctico. Primero, porque todos los mandos son fácilmente accesibles desde el puesto de conducción y manejar las principales funciones demanda poca atención y, segundo, porque hay multitud de huecos, grandes y útiles. Por ejemplo, los de las puertas permiten transportan con holgura botellas de más de un litro (imagen), debajo del reposabrazos delanteros hay un hueco profundo donde dejar muchos objetos (llaves, carteras, móviles) y en el espacio que hay debajo de la pantalla central también se pueden depositar cosas, aunque al no tener una superficie adherente pueden salir despedidas si se toma una curva con cierta velocidad. La guantera tiene el tamaño justo para llevar la documentación del coche, el manual de instrucciones, un chaleco de alta visibilidad y una caja con luces de repuesto (imagen).
Una gran cantidad de los materiales empleados son reciclados —como toda la parte superior del salpicadero y de las puertas, así como el tapizado de los asientos, hecho con poliéster reciclado— o han sido producidos mediante técnicas de fabricación respetuosas con el medio ambiente —como algunas de las molduras de madera que se utilizan a modo de ornato—. La sensación que dejan es buena y agradable a la vista y al tacto. Además, parece que todas las piezas se encuentran bien encajadas entre sí porque no se aprecian crujidos cuando se circula sobre firme en mal estado de conservación.
El espacio disponible para los dos pasajeros traseros es correcto (mediciones del interior). El hueco para las piernas es igual que el de un Subaru Trezia, ligeramente superior al de un Citroën C3 Picasso y ligeramente inferior al de un Honda Jazz. La altura disponible para la cabeza permite que personas de hasta 1,90 metros de estatura puedan viajar bien si no se sientan completamente erguidos. La anchura es suficiente para que dos adultos viajen sin molestias por el contacto entre sus brazos. Comparado con los turismos de aproximadamente 4,0 metros de longitud y cinco puertas, el i3 sale bien parado por espacio para las piernas y la cabeza, no por anchura, y, además, la mayoría de estos turismos tiene cinco plazas (tabla comparativa).
Los reposacabezas de las plazas traseras se pueden regular en altura y también se pueden abatir para favorecer la visibilidad del conductor hacia a atrás. Las ventanillas traseras son fijas, no se pueden bajar. En cada una de las dos plazas posteriores hay anclajes ISOFIX.
El maletero tiene un volumen de 260 litros. Tiene formas regulares y es fácil aprovechar todo el espacio disponible. No obstante, es pequeño en relación al de otros coches de tipo monovolumen. El de un KIA Venga y un Hyundai ix20 tiene 440 litros, mientras que en el Citroën C3 Picasso hay 385 litros (listado comparativo). Con respecto a turismos de longitud equivalente, un MINI Countryman tiene más maletero (350 l), así como un Renault Zoe (338 litros) (listado comparativo). Un Audi A1 Sportback tiene un maletero ligeramente mayor (270 litros). El borde de carga está a 77 centímetros del suelo, que es mucho.
El maletero no tiene doble fondo, pero sí una serie de cintas elásticas y velcros para sujetar objetos. Los asientos se pueden abatir en proporción 50:50. En esta posición, queda una superficie de carga completamente horizontal y se pueden transportar objetos de hasta 1,63 metros si se desplaza el asiento del acompañante lo más adelante posible.
En el frontal del vehículo, donde habitualmente se encuentra el capó en los coches con motor de combustión, hay un pequeño hueco donde se guarda un kit de reparación de pinchazos —el i3 no tiene ni puede tener rueda de repuesto—, una par de triángulos de señalización, un botiquín, un extintor y el cargador (imagen).