El sistema MagneRide de Delphi Automotive es la primera aplicación industrial de un fluido cuya viscosidad varía ante la presencia de un campo magnético. Con ese fluido, en lugar del que ordinariamente tienen los amortiguadores, la resistencia al movimiento del amortiguador se puede modificar hasta 1.000 veces por segundo. El tiempo de respuesta es diez veces menor que el de los sistemas de amortiguación variable en los que se modifica el paso del aceite mediante electroválvulas.
Una ventaja adicional del MagneRide sobre las electroválvulas es que está acompañado de control electrónico más preciso. La capacidad de cálculo y la programación del MagneRide permiten, por ejemplo, distintas reacciones según la frecuencia de la vibración en la rueda. De esta manera, puede ser suave ante movimientos rápidos de la rueda (la suspensión deja de ser «seca») y firme en movimientos amplios de la carrocería. De hecho, la principal mejora del sistema MagneRide con relación a uno con electroválvulas está en el rango de vibraciones entre 1 y 4 Hz.
La variación en la dureza del amortiguador es contínua entre dos límites (no tiene posiciones fijas), porque depende en cierta medidad de la intensidad del campo magnético que se le aplica (aunque no es directamente proporcional).
General Motors presentó este sistema en el Salón de Francfort de 1999, y ahora emplea la segunda generación en modelos como el Cadillac Seville o el Chevrolet Corvette.
|