El constante aumento del consumo de electricidad en los automóviles, provocado por el número y complejidad de sistemas electrónicos que equipan y los altos estándares de confort y seguridad que se les exige, está llevando a los fabricantes del sector a buscar nuevas fórmulas para optimizar el uso de esta energía.
Dos son las vías de investigación sobre las que se puede trabajar: una, mejorar la forma en que el vehículo genera electricidad para su propio consumo; otra, reducir en lo posible las pérdidas que se producen al transmitirla.
Una de las soluciones propuestas por Renault para esta segunda opción se basa en la sustitución del sistema eléctrico actual, que funciona con una tensión de 14 voltios, por otro que lo haga a 42. Para comprobar la viabilidad de esta propuesta, Renault desarrolló en 1998 un prototipo basado en el Scenic con una instalación eléctrica de estas características. Esquema del Scenic 42 V.
Esto reduce las pérdidas debidas al alto consumo de los elementos -presentes o futuros- como sistemas de navegación y multimedia, dirección asistida eléctrica, frenado eléctrico, parabrisas calefactado, o el prometedor sistema Camless (sin levas), que sustituye al árbol de levas por potentes electroimanes.
No obstante, la implantación de esta nueva tecnología requiere la sustitución de todos los componentes actuales, preparados para trabajar a 14 voltios, por otros diseñados para funcionar a 42. Es por ello que se prevé un período de transición en el que los vehículos estarán preparados para funcionar tanto a 14 como a 42 voltios; cuando el mercado lo permita, se implantarán exclusivamente dispositivos de 42 voltios. Renault prevé que los primeros vehículos bi-tensión aparezcan en el 2004 y, tres años después, comenzar a fabricar modelos que funcionen únicamente a 42 voltios.
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