ESP son las siglas en alemán de «Programa Electrónico de Estabilidad»; el nombre genérico que usamos para este sistema es «control de estabilidad». Las siglas con que se nombra al control de estabilidad pueden variar según la marca .(algunos ejemplos de siglas)
En todo caso, el objetivo del control de estabilidad es el mismo: hacer que el coche permanezca en la trayectoria deseada por el conductor cuando hay condiciones que podrían impedirlo. El control de estabilidad es, por tanto, una ayuda al conductor.
El 25 por ciento de los accidentes que se producen en Alemania se deben a que el conductor pierde el control del coche. En el 82,2 por ciento de esos accidentes, el coche recorre más de 40 m desde esa pérdida de control hasta la salida de la carretera o el choque (gráfico) . En esas situaciones, cuando hay espacio para corregir la trayectoria, son en las que el control de estabilidad puede ser muy útil.
La eficacia del control de estabilidad está limitada por la velocidad del coche y la adherencia disponible; si la velocidad pasa de un cierto límite para la adherencia dada, el control de estabilidad no puede hacer nada.
Por ejemplo, el control de estabilidad es inútil mientras el coche hace «aquaplaning», porque ahí no hay contacto entre las ruedas y el suelo. Si pierde la trayectoria por esa causa, el control de estabilidad no es útil hasta que el neumático vuelve a tener contacto con el suelo (y, en ese momento, puede ser una ayuda muy grande).
Hay dos efectos posibles cuando el coche se aparta de la trayectoria deseada: subviraje y sobreviraje.
El subviraje se produce cuando —por ejemplo— el conductor se encuentra está trazando una curva y encuentra que se cierra inesperadamente, cuando debe esquivar un obstáculo o cuando circula por curvas con suelo resbaladizo. Si hay subviraje, lo que ocurre es que el coche no gira lo suficiente para tomar la curva y se sale por el exterior, o incluso que sigue una trayectoria completamente recta (con o sin giro del coche sobre su eje vertical).
La otra posible pérdida de trayectoria es el sobreviraje. En algunos casos, el sobreviraje ocurre después del subviraje, cuando el coche vuelve a tener la capacidad de giro que había perdido y el conductor tiene la dirección muy girada. También se puede sobrevirar —por ejemplo— si se circula a gran velocidad en curva y el conductor desacelera, o en curvas enlazadas donde se crea un movimiento consecutivo de balanceo en la carrocería.
Lo que hace el ESP es añadir giro cuando el coche subvira, y limitar el giro cuando sobrevira. En el primer caso, si —por ejemplo— el coche pisa una superficie resbaladiza y tiende a salirse de la carretera, el control de estabilidad tratará de que el coche gire y se mantenga dentro de ella. En segundo caso, si el coche comienza a dar un giro brusco sobre sí mismo, el control de estabilidad detiene ese giro y hace que el coche tienda a seguir la dirección de las ruedas delanteras.
El control de estabilidad resulta especialmente eficaz en manos de conductores que lo tengan como un seguro en caso de error o circunstancias imprevisibles, más que para quienes lo usen como un instrumento para ir más rápido de lo que harían sin él.
|