El americano Willis Winslow trabaja durante los años 40 en fluidos que cambian sus propiedades reológicas (la reología es el estudio de los principios físicos que regulan el movimiento de los fluidos) si se les aplica una corriente eléctrica.
En la misma época, otro americano llamado Jacob Rainbow parece ser el primero que estudia fluidos controlables mediante un campo magnético. Las propiedades de los fluidos electroreológicos y magnetoreológicos son distintas; por lo que se refiera a la aplicación industrial en el automóvil, los magnetoreológicos tienen la ventaja de que pueden funcionar a mayor temperatura y presión. Además, los electroreológicos necesitan una tensión mayor y son más sensibles a la contaminación.
El fluido que utiliza el sistema MagneRide es una suspensión no coloidal, con partículas de hierro con un tamaño de algunas micras en un hidrocarburo sintético; lo fabrica Lord Corporation. Sin la presencia de un campo magnético, las partículas de hierro están dispersas al azar en el seno del fluido. A medida que aumenta el campo magnético, el fluido se vuelve fibroso y su estructura llega a ser casi plástica. En la página de Lord Corporation se puede ver un vídeo muy ilustrativo sobre cómo cambia el fluido ante un campo magnético.
Las reacciones del fluido al pasar por las los orificios del amortiguador cambian con la diferencia de viscosidad. Cuando no está magnetizado, hay una gran diferencia de velocidad entre las partículas que están próximas a las pareces del orificio, y las que fluyen rodeadas de otras partículas de fluido (gráfico en inglés). Gracias a esa diferencia de velocidad, el caudal puede ser grande y, por tanto, el amortiguador es suave. Cuando el fluido está magnetizado, la velocidad de todas las particulas es muy semejante. El flujo es más lento y, por tanto, la dureza del amortiguador aumenta.
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