La instalación del sistema MagneRide en un coche no implica un aumento grande de sus elementos. Los amotiguadores tienen integrado un electroimán, que es lo que genera el campo magnético cuando es preciso.
De momento, Delphi ha fabricado amortiguadores monotubo, para suspensiones McPherson o no McPherson, y con carga de gas a presión. Según Delphi, estos amortiguadores son especialemnte resistentes a fenómenos como la contaminación del fluido o la cavitación. En cierto modo, este amortiguador es más sencillo porque carece de válvulas.
La intensidad del campo magnético la ajusta una centralita, que recibe señales de cinco sensores. Tres de ellos están ya en el control de estabilidad ángulo de dirección, guiñada y aceleración transversal, otro es la velocidad del coche y otro la posición relativa de las ruedas. Delphi ha previsto que esta misma centralita pueda controlar un sistema de altura constante.
La necesidad de potencia máxima de cada amortiguador es 20 W. Los amortiguadores pueden funcionar entre -40° C y 70° C.
Esta amortiguación variable sigue el mismo principio de funcionamiento que una de electroválvulas: suave cuando es posible y dura cuando es necesario. El amortiguador se endurece cuando es preciso limitar más los rebotes del muelle para aumentar el contacto con el suelo, bien por razones de estabilidad o bien por frenada.
También actúa para frenar movimientos como el balanceo o el cabeceo, aunque la amplitud de esos movimientos depende de los muelles y las estabilizadoras, no de los amortiguadores.
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