El Saab 9-3 1.8T (de dos litros de cilindrada) tiene un motor suave, silencioso y potente. Tiene unos desarrollos de transmisión largos y una respuesta al acelerador muy progresiva. No da un empujón brusco a partir de un determinado régimen cuando se pisa a fondo el acelerador, como ocurre con algunos motores con turbocompresor.
Según nuestras mediciones hechas con el Correvit, el Saab es más rápido en aceleración máxima y en recuperación que un 156 2.0 TS (155 CV), un Ford Mondeo 2.0 (146 CV), un Volvo S60 2.4 140 CV, y que un Jaguar X-Type 2.5 Sport (con 196 CV y tracción total), por nombrar algunos ejemplos. Tiene una buena relación entre potencia y prestaciones.
Aún no tenemos datos del motor 1.8T de 150 CV de potencia del Grupo Volkswagen; cuando conduje el Skoda Superb 1.8T me pareció más enérgico que el del Saab (quizá porque tiene unos desarrollos más cortos). Próximamente km77.com publicará datos de prestaciones del Skoda Superb 1.8T.
La respuesta hasta unas 1.750 rpm es suficiente (no contundente) para comenzar la marcha desde parado; va demasiado largo para que se pueda circular a ese régimen en cuarta o quinta velocidad. La respuesta a partir de ese régimen es mucho mejor, y suficiente para ganar velocidad con prontitud.
Da la potencia máxima a 5.500 rpm y, aunque a partir de ese régimen no sube de vueltas con la misma rapidez, para obtener la máxima aceleración es recomendable llegar hasta muy cerca del corte de inyección (6.500 rpm); así es como medimos las prestaciones.
Aunque el régimen de potencia máxima es bajo, no llega a alcanzarlo en quinta velocidad. La velocidad máxima declarada por Saab es 210 km/h; nuestra unidad podía superar esa velocidad.
El consumo que he obtenido conduciendo a velocidades legales por autovía y carreteras de circunvalación con alguna retención, ha sido 8,0 l/100 km. En un uso mixto, por ciudad (con mucho tráfico), autopista a un ritmo elevado y en carreteras de montaña apurando en ocasiones las velocidades, ha sido 13,5 litros cada 100 km. En un uso similar al anterior, pero más suave (aunque no lento) el consumo ha sido de unos 11,5 litros cada 100 km. Las indicaciones de consumo del ordenador de viaje son entorno a 0,1 y 0,2 litros menores que el consumo real.