Tiene dos cualidades muy interesantes: es agradable de conducir y sus reaciones lo hacen muy seguro.
Lo primero viene dado por la agradable posición al volante (mejor en las versiones «Cosmo» y «Elegance», por los asientos), y por la dirección de buen tacto, que responde con precisión a las indicaciones del conductor. El único inconveniente que puede tener, para algunos conductores, es que hay que hacer más fuerza para manejarla en maniobras a baja velocidad que otras direcciones eléctricas.
Es un coche muy seguro si se le añade la opción de control de estabilidad; su agarre lateral es elevado. La sensación que da al conducirlo es que va muy sujeto, y hay que ir muy deprisa o cometer un error grande para notar que las ruedas pierden agarre. Es un coche ágil en parte por la forma que tiene de entrar a las curvas, pero no lo es del todo porque tiene muy poca tendencia a variar la trayectoria cuando hay retención en curva (como sí pueden hacer un Ford Focus o un Mazda 3).
Hay dos opciones de suspensión: uno es el el «Pack Sport Chasis» que cuesta 620 € y consta de control de estabilidad (ESP), suspensión más rígida, muelles un poco más cortos. Esta opción también incluye la posibilidad de variar el tacto de la dirección y el pedal del acelerador pulsando un botón en el salpicadero (la amortiguación tiene una dureza fija).
La otra opción es la suspensión «IDS Plus (Interactive Driving System - Sistema de Conducción Interactiva) con Control Continuo de la Amortiguación (Continuous Damping Control - CDC)». Esta opción no incluye la suspensión más dura, pero sí se pueden combinar ambas cosas.
Lo que hace esta suspensión es variar la dureza de los amortiguadores según la superficie de la carretera y los movimientos del coche. También es posible seleccionar un modo de «suspensión deportiva» con el botón Sport.
Nuestra unidad de pruebas tenía la opción de IDS Plus, pero no he logrado notar cambios en la tacto de la dirección ni en el acelerador. Lo único que sí he notado es que, al accionar el botón «Sport» del salpicadero, las suspensiones se hacen algo más duras.
No encuentro mucho sentido a la opción IDS Plus. A pesar de la mayor dureza de la suspensión, no he notado una mejora en seguridad, agilidad o un tacto diferente. Sí se sienten más las irregularidades de la calzada, y en fuertes apoyos, la carrocería tiene menos tendencia a moverse, por ejemplo en las curvas enlazadas. Es posible que, si lleva la suspensión deportiva y el IDS Plus, sí se note más la diferencia entre pulsar el botón y no hacerlo.
La suspensión que tiene de serie puede ser más que suficiene para quien realice una conducción rápida, de hecho es más dura que la que tiene un Mégane, un Golf un Xsara o un Fiat Stilo equivalentes.
Para desconectar el control de estabilidad hay que presionar el botón «Sport» del salpicadero durante cuatro segundos; no se puede desconectar por encima de 60 km/h.