El Opel Flextreme muestra uno de los pasos en el desarrollo del automóvil que prevé General Motors: un coche de propulsión eléctrica, con una batería que se puede recargar en la red eléctrica normal y que tiene un motor de combustión de apoyo.
El motor de combustión no se emplea para propulsar al coche directamente, sino como generador eléctrico, y su función es aumentar la autonomía.
La idea del Flextreme es la misma que la de los Chevrolet Volt, los otros prototipos del programa E-Flex . La principal diferencia entre ellos es que el Flextreme tiene un motor Diesel en lugar de uno de gasolina (como el primer Volt) o una pila de hidrógeno (como el segundo).
En sentido estricto, el Flextreme no es un híbrido, ya que el motor térmico no se emplea directamente para la propulsión (no está engranado mecánicamente con las ruedas). El motor Diesel actúa como generador eléctrico cuando es preciso.
General Motors está estudiando estas tres posibilidades con vistas a que puedan estar en el mercado. Inicialmente lo estarán las dos con motor de combustión, Diesel o de gasolina; entre las dos, Frank Weber —el responsable del proyecto E-Flex— cree que el de motor de gasolina puede ser preferible. En un plazo más largo llegará al mercado el vehículo con pila de hidrógeno, como último paso antes de que las baterías se desarrollen lo suficiente para que no sea preciso complementarlas con combustible.
El Opel Flextreme está pensado para que, con la batería completamente cargada, la autonomía sea 55 km. Una persona que no haga recorridos diarios más largos y que puede recargar la batería también diariamente, o bien que recorra más de esa distancia pero tenga posibilidad de hacer una segunsa recarga, no gastará carburante. El periodo para recargar la batería es entre 3 y 3,5 horas, en una red doméstica de 220 V
Hay varios beneficios si se elimina el consumo de carburante. En primer lugar, el coche prácticamente no tiene emisiones. En segundo lugar, la energía que consume es de origen más diverso (electricidad). En tercer lugar, el coste de funcionamiento es menor; Opel estima que con un motor Diesel, y los precios actuales, el E-Flex gastaría 6,84 €/100 km; si funciona sólo con la energía de la batería procedente de la red doméstica, gastaría 1,50 €/100 km.
Ahora bien, para que el E-Flex no consuma nada de carburante, es preciso que la batería no baje de un 20 por ciento de su capacidad.
La parte eléctrica del E-Flex consta de una batería de iones de litio con una capacidad de 16 kWh, una potencia de 136 kW y una tensión de 320 V. La batería está pensada para que dure lo que dura normalmente un coche; al final de su vida hay una ligera pérdida de capacidad.
El motor eléctrico está conectado a las ruedas delanteras; puede dar hasta 120 kW y hasta 320 Nm; es este motor el que se utiliza como generador para recuperar energía eléctrica en frenada y retención. Además hay un generador eléctrico de 53 kW eléctrico conectado al motor Diesel.
El motor Diesel es un 1.3 CDTi, con turbocompresor e intercooler; puede consumir Biodiesel. Al actuar como generador, tiene un régimen de giro estacionario que se puede fijar entre 1.500 y 1.800 rpm; cuado se requiere toda su potencia, el régimen aumenta hasta 3.200 rpm. Se alimenta de un depósito de 26,5 l de gasóleo, con lo que la autonomía media llega a 775 km.
El Opel Flextreme tiene el mismo tipo de bastidor que los Chevrolet Volt. La carrocería del Opel es la de una berlina de 4,8 m de largo. Tiene cuatro puertas laterales; las traseras se abren en sentido inverso a las delanteras (imagen).
Para acceder al maletero hay dos puertas que se abren hacia arriba diagonalmente (imagen). Una curiosidad de este modelo es que tiene un hueco para guardar dos vehículos Segway que, además, se recargan con la instalación eléctrica del coche (imagen).
Interiormente hay algunos paneles con estructura de panal y elementos decorativos con esa forma.
Como parte de la instrumentación hay una pantalla de 1,2 m de largo y 10 cm de alto. Esta pantalla tiene tres zonas que se pueden configurar.