El motor Diesel de 170 CV mueve agilidad al Sorento si conducimos con el coche poco cargado. Con cinco personas dentro y algo de equipaje, necesita muchos metros para adelantar. Lo que sí hace bien, independientemente de que vaya cargado o no, es mantener con facilidad un ritmo de marcha alto, siempre que no haya desniveles grandes.
El motor es relativamente silencioso (salvo cuando no ha alcanzado la temperatura de servicio) y tiene buena respuesta incluso desde un régimen bajo, lo que se agradece en ciudad o en una conducción por zonas lentas en el campo.
En carreteras de curvas, el Sorento no es un coche ágil; invita a ser conducido a un ritmo moderado porque la carrocería se mueve apreciablemente en las curvas. No obstante, en carreteras amplias tiene buena estabilidad lineal y se puede rodar a buen ritmo manteniendo una capacidad de reacción suficiente.
Lo que menos me ha gustado del Sorento es que aquellas irregularidades que sacuden fuertemente las ruedas (por ejemplo, los rotos en el asfalto), llegan con fuerza a la carrocería y a los ocupantes. Esta reacción es más notoria cuando el coche circula con poca carga que cuando lo hace con mucha. Hay todoterrenos como el Jeep Cherokee o el Toyota Land Cruiser que tienen una suspensión más cómoda.
El Sorento se puede considerar un todoterreno auténtico, porque tiene elementos valiosos para un uso así, como la tracción total, la reductora, unos recorridos de suspensión amplios (imagen) y una altura libre al suelo suficiente.
Como en la mayor parte de los todoterrenos, los neumáticos no tienen una banda de rodadura adaptada para zonas de campo. Al menos, los que lleva el Sorento tienen un perfil alto lo faciilta que en zonas agrestes no se dañe la llanta o el propio neumático al golpear con irregularidades (son unos 245/70 R16 o unos 245/65 R17 en función del nivel de equipamiento).
En campo el resultado es satisfactorio. La mayor atención que hay que tener es conectar o desconectar el control de estabilidad y tracción, según convenga.
Así, es mejor desconectarlo cuando se circula por pistas lentas si el piso está muy deslizante (por ejemplo, embarrado). Si se hace, la capacidad para acelerar es mucho mayor. El ABS no se puede desconectar en cualquier caso.
Sin embargo, es conveniente conectarlos en aquellas circunstancias donde alguna rueda quede en el aire (por ejemplo en un cruce de ejes): como no tiene bloqueos mecánicos de los diferenciales, el funcionamiento del control de tracción es la única posibilidad de evitar que una rueda se quede dando vueltas en vacío y que el coche no tenga capacidad para seguir avanzando. El funcionamiento del control de tracción me ha parecido eficaz.
La reductora se conecta con gran comodidad, mediante un mando eléctrico que hay a la izquierda del volante (imagen) Para ello, hay que detener el vehículo y poner el punto muerto.
La reductora hace una reducción normal para un todoterreno (2,5 a 1). Es decir, acorta dos veces y media el desarrollo de transmisión en cada marcha. Cuando se conecta la reductora se desconecta automáticamente el control de estabilidad y de tracción.
Los ángulos característicos del Sorento son suficientes para afrontar zonas complicadas. Lo que más he echado en falta ha sido una mayor altura libre al suelo (tiene 203 mm).
Para tener un todoterreno con una altura libre al suelo considerablemente superior hay que adquirir aquellos que están muy adaptados al campo pero que van mal en carretera, como el Land Rover Defender o el Jeep Wrangler. O aquellos como el Volkswagen Touareg o el Land Rover Sport que, en sus variantes con suspensión neumática, permiten una altura libre al suelo muy grande, al menos a baja velocidad. Cualquiera de estos dos tiene un precio muy alto.