Tiene un motor Diesel de cuatro cilindros y 1,5 l de cilindrada y 109 CV de potencia. Este motor está fabricado por Hyundai y es el mismo que tiene el actual Hyundai Matrix y el KIA Cerato (aunque ambos tienen 102 CV en lugar de 109 CV)
Desde un punto de vista general es un buen motor. No tiene aspectos que lo hagan desaconsejable: es más bien silencioso, sus prestaciones están en consonancia con su potencia y su consumo es normal.
En el interior se siente relativamente poco ruidoso y está bien aislado (en el volante, pedales y cambio de marchas) de las vibraciones que suelen producir este tipo de motores. En este sentido, el Rio es mucho mejor, que por ejemplo, el motor de 1.9 l TDI del Grupo Volkswagen que tienen el SEAT Ibiza y el Volkswagen Polo.
La respuesta del motor es entre suave y enérgica. Suave porque no tiene muchas vibraciones al acelerar fuerte, y enérgica, porque entre 1.500 y 2.000 rpm la aceleración se torna relativamente intensa.
El Rio tiene una caja de cambios manual de cinco velocidades. El desarrollo de transmisión en quinta velocidad es inusualmente corto para tratarse de un coche Diesel (es decir, el motor gira relativamente alto de vueltas). Tiene una quinta de 41,9 km/h y la potencia máxima es a 4.000 rpm; es decir, a régimen de potencia máxima el coche rodaría a 168 km/h y la velocidad máxima declarada por el fabricante es 176 km/h.
Su velocidad máxima es más bien baja para un coche de esta potencia, pero éste no es un dato interesante comparado con la capacidad de aceleración o de recuperación: en estos dos factores el Rio tiene unas prestaciones a la altura que cabe esperar de su potencia.
El Rio CRDI no tiene algunos de los inconvenientes de un desarrollo corto: no es ruidoso rodando rápido y su consumo es correcto.
Yendo a más de la velocidad máxima permitida en España, hay un cierto ruido combinado de aerodinámica y motor, que no parece molesto a la hora de mantener velocidades elevadas durante un tiempo prolongado.
En un recorrido de 300 km por carretera de doble sentido a una media real de 130 km/h con cinco kilómetros a una velocidad baja a causa de obras en la carretera, gastó 6,5 l/100 km de media. No es un consumo tan bajo como el que pueden tener los mejores turbodiesel modernos, pero la diferencia no es grande.