Según Ford, la estructura del nuevo fiesta es un 100% más resistente a la deformación y un 40 más a la torsión (no da el dato). Aunque parezcan cifras muy grandes, está más o menos dentro de lo normal dado que el punto de partida era un coche ya con muchos años.
Delante tiene un sistema McPherson y detrás ruedas tiradas con eje torsional, semejante a lo del anterior Fiesta, pero hecho de forma completamente distinta. La suspensión delantera está apoyada en un subchasis no muy grande. La trasera se distingue principalmente de la que tenía el anterior Fiesta en el tipo de eje torsional, y en que el muelle y el amortiguador están separados, lo que favorece al volumen del maletero.
Tanto las versiones Diesel como las de gasolina tienen la misma flexibilidad de suspensión, ya que la diferencia de peso entre ellas no es grande; el Diesel tiene un muelle un poco más largo, para compensar esa pequeña diferencia de peso. Todos las versiones tienen, como mínimo, ruedas de 175/65 14".
Toda la gama tiene un sistema de frenos con discos delante y tambores atrás. Hasta el momento, no hay ningún coche con tambores que pueda tener control de estabilidad y en el lanzamiento del coche no estará disponible. El ABS no será equipo de serie en toda la gama.
La dirección tiene una asistencia hidráulica normal (no electrohidráulica) y una desmultiplicación que la hace rápida: 15,5 a 1. El volante tiene 2,8 vueltas entre topes y el diámetro de giro es 9,8, poco para un coche de esta batalla.
Inicialmente sólo hay una caja de cambios manual de cinco velocidades para todos los motores. Como en cualquier caja de cambios moderna, el mando es por cable (no varillas). Los desarrollos de transmisión son más bien largos en toda la gama; el que menos largo va es el 1.6. El embrague tiene mando hidráulico.