En la fila posterior de asientos del BMW X4 hay el mismo espacio para las piernas y la misma anchura entre puertas que en un BMW X3, por lo que su amplitud es buena para las dimensiones de la carrocería. En cambio, hemos medido 5 centímetros menos de distancia entre la banqueta y el techo. Esto hace que en el X4 una persona de 1,85 metros de estatura no se puede sentar completamente erguida sin tocar el techo, ha de repantigarse un poco, mientras que en un BMW X3 sí es posible.
Esta fila es más espaciosa que la del Mercedes-Benz GLC Coupé. En concreto, hay 5 cm más de espacio para las piernas, 1 cm más de anchura entre puertas y 3 cm más de altura libre al techo. En comparación con el Alfa Romeo Stelvio, tiene 3 cm más para las piernas, 1 cm más de anchura y 1 cm menos hasta el techo. En este enlace hay una tabla en la que se comparan todas las mediciones del interior que hemos tomado del X4 con las alternativas citadas y otras que se elijan.
El acceso a la parte trasera es más incómodo que en un BMW X3 porque el techo está más bajo y hay que contorsionar más el cuerpo. También son más difíciles las tareas para introducir una silla de bebé y posteriormente sentar al bebé. Ni el GLC Coupé, ni el Stelvio son mejores a este respecto. La banqueta posterior no se puede desplazar longitudinalmente, algo que tampoco es posible en el Mercedes-Benz ni en el Alfa Romeo.
El volumen del maletero es idéntico al del Stelvio: 525 litros. Son 25 litros menos que el del X3 y 25 más que el del GLC Coupé. El espacio de carga es diáfano, sin recovecos ni elementos extraños que obstaculicen su aprovechamiento (imagen). En ambos laterales hay unos espacios adicionales, el de la izquierda, con una red (imagen) puede ser útil para llevar botella sin que se mueva en las curvas. El hueco que hay bajo el piso es más pequeño que el que tiene el Mercedes-Benz GLC Coupé, en el que se puede guardar una maleta de tamaño cabina de avión (imagen). En el X4 cabe un juego de reparación de pinchazos, unas herramientas y poco más (imagen). También es posible guardar en él la cortinilla rígida cubre equipajes, la cual está dividida en dos partes (imagen e imagen).
Cada uno de los respaldos de las plazas posteriores es abatible de manera individual (proporción 40:20:40, imagen, imagen e imagen). Para abatirlos se puede utilizar un tirador que hay en la parte superior de ellos (imagen), o bien, unas palancas que hay en cada pared del maletero (imagen). Con ellos tumbados, queda una superficie de carga continua hasta los asientos delanteros, de aproximadamente unos 190 cm (imagen). El portón del maletero tiene accionamiento eléctrico de serie y, en opción, por 698 €, se puede abrir y cerrar realizando un gesto con el pie por debajo del parachoques trasero (esta opción, llamada «Acceso confort», también incluye el acceso y arranque del motor manos libres).
El «paquete compartimentos» es una opción que cuesta 517 € con el acabado básico y que es de serie en todos los demás. Incluye, entre otras cosas, unos carriles longitudinales en los extremos del espacio de carga, por los que se pueden mover unas argollas de sujeción (imagen e imagen), unos amortiguadores de gas para sujetar el doble fondo cuando se levanta (imagen), una toma de 12 voltios (imagen) y la posibilidad de colocar los respaldos posteriores menos inclinados (6 grados menos) y con ello ganar 50 litros de volumen de maletero (tirando de este mando se cambia la inclinación de los respaldos).
Otros elementos incluidos en la opción «paquete compartimentos» son el compartimento con tapa que hay por debajo del mando de las luces (imagen), redes portaobjetos detrás de los respaldos de los asientos delanteros (imagen) y una toma de 12 voltios en la consola central trasera (imagen).
Hay muchos lugares en el habitáculo donde dejar cosas. Por ejemplo, en los huecos de las puertas cabe perfectamente una botella de 1,5 litros y, a la vez, otros objetos (imagen). El hueco que hay justo delante del cambio —que tiene una cortinilla deslizable para cerrarlo y, en opción, por 492 €, una superficie para la carga inalámbrica de teléfonos móviles— también es de tamaño generoso (imagen e imagen). Lo mismo sucede con el espacio que hay debajo del reposabrazos, que también es grande (imagen). En la guantera cabe la documentación y el manual de instrucciones del vehículo sin problema, excepto si se pide el difusor de aromas «Paquete Ambient Air». Al pedir esta opción, que cuesta 394 €, BMW pone un panel divisorio vertical que no se puede retirar y que crea dos espacios poco aprovechables (imagen). Son tan poco útiles estos dos huecos que, en ninguno de ellos, cabe el citado manual de instrucciones.
La llave «BMW Display Key» tiene una pantalla táctil a color en la que se pueden consultar datos del vehículo como la autonomía y el estado del cierre centralizado y las ventanillas (imagen). Además, también permite programar la calefacción auxiliar. Cuesta 296 € y hay que recargarla cada pocos días (en mi caso, tras un fin de semana, la llave ya mostraba mensajes de falta de batería). Es posible cargarla con un cable USB y también de manera inalámbrica, depositándola sobre la superficie de recarga del hueco que hay justo delante del cambio (lo malo es que en las curvas se mueve y deja de cargarse; imagen).
Hay dos tipos de asientos delanteros, los normales y los deportivos. Los deportivos (imagen) son de serie en todos los acabados excepto en el básico y Advantage. Se diferencian de los normales por tener unos laterales más pronunciados, una regulación manual de la longitud de la banqueta y la posibilidad de variar la anchura del respaldo. En cualquier caso, la regulación del apoyo lumbar es siempre una opción que cuesta 296 €. También es una opción el sistema de calefacción (438 €) y el de ventilación (1657 €, incluye la calefacción).
Dado que nuestra unidad de prueba tenía el acabado xLine, llevaba los asientos deportivos. Estos son cómodos, incluso cuando se pasa sentado en ellos mucho tiempo. Sujetan el cuerpo correctamente en las curvas y, gracias al ajuste en anchura del respaldo, se puede hacer que los laterales aprieten más o menos el torso. Todos los mandos de control quedan cerca del alcance del conductor y es fácil encontrar una buena postura de conducción gracias a la amplitud de las regulaciones del asiento y del volante (este último en altura y profundidad).
Existen tres sistemas multimedia disponibles: básico, Business y Professional. Los dos primeros se ven en una pantalla de 6,5 pulgadas y la principal diferencia entre ellos es que el Business tiene sistema de navegación. El Professional tiene una pantalla de 10,25 pulgadas que, además, es táctil. Cuesta 1065 € —con el acabado básico su precio es 2663 €— y es uno de los mejores del mercado. La resolución de la pantalla es muy buena y la rapidez de respuesta del procesador muy alta. Tiene muchas funciones y menús, pero la navegación por ellos resulta sencilla, en parte, por las diferentes vías que hay de interactuar con el sistema. Se puede manejar con el mando giratorio y los botones que hay entre los asientos (imagen), con los botones que hay justo por debajo de las salidas centrales de aire (imagen), tocando la misma pantalla, mediante órdenes orales y, por último, mediante gestos (en esta parte de la vídeo prueba del BMW Serie 5 se puede ver cómo funciona el manejo gestual).
Nos parece un gran acierto que BMW conserve teclas numeradas en las que programar funciones, ya que no solo sirven para memorizar una sintonía de radio, sino también para guardar un destino (por ejemplo, se puede configurar para que al pulsar el número 7 el navegador inicie directamente el guiado hacia casa).
La instrumentación digital cuesta 462 €. Se trata de una pantalla de 12,3 pulgadas en la que el indicador de nivel de carburante y el velocímetro siempre están en la mitad izquierda, y el cuentarrevoluciones y el termómetro de temperatura del líquido refrigerante a la derecha (imagen). Los colores del fondo y de las agujas cambian según el modo de conducción seleccionado (ECO PRO, COMFORT y SPORT) y, en el caso de activar ECO PRO, el cuentarrevoluciones queda reemplazado por un indicador de consumo instantáneo (imagen). Más allá de eso, las posibilidades de configuración son escasas (por ejemplo, no se puede ver el mapa del navegador) y no nos parece que aporte mucho con respecto a la instrumentación de serie con agujas físicas. La pantalla se ve bien en prácticamente toda circunstancia (en pocas ocasiones, con el sol incidiendo en ella de forma directa, puede haber zonas que cueste más verlas).
La sensación de calidad es elevada. La gran mayoría de los materiales tienen un tacto agradable y parecen firmemente ajustados. No hay crujidos ni chirridos cuando se circula sobre asfalto bacheado. Los botones y los mandos giratorios se pulsan y se mueven dando impresión de solidez y precisión. Hay pocos detalles que ensombrezcan la buena sensación general. Uno de ellos es, quizás, la falta de un tapizado en la cara interna de los huecos de las puertas para amortiguar el sonido de los objetos depositados en ellos cuando el asfalto no es perfectamente liso (se evitaría, por ejemplo, el tintineo de unas llaves).