BMW pone a la venta a principios de 2003 el BMW 730i y su versión larga 730Li.
Tiene el mismo motor de seis cilindros en línea y 3,0 litros de cilindrada que BMW usa en otros modelos.
Constituye la versión de gasolina menos potente de la Serie 7 y el único seis cilindros que está disponible con carrocería larga.
Tiene 231 CV de potencia a 5.900 rpm y 300 Nm de par máximo a 3.500 rpm. Alcanza 237 km/h y acelera hasta 100 km/h en 8,1 segundos (la versión corta) y 8,3 segundos la versión larga. Por lo tanto, las prestaciones anunciadas por el fabricante son muy semejantes a la de la versión 730d de 218 CV, con ventaja clara para el Diesel en consumo. Tiene necesariamente una caja de cambios automática de seis velocidades.
El 730i no gasta mucho: 10,6 l/100 km. Eso es menos de lo que consume un Phaeton Tiptronic de 241 CV (12,1 litros) o un Mercedes S350 de 245 CV (11,1). Sin embargo, comparado con el 735i de 272 CV, el consumo es sólo 0,1 l/100 km menor.
El equipamiento, tanto de serie como opcional, es semejante al del 730d (prueba de este modelo).
La versión «Li» lleva de serie muelles neumáticos en el eje trasero. Su batalla es 140 mm más larga, incremento que se aprecia en el espacio para las piernas de las plazas traseras.
El 730 lleva de serie de llantas de aluminio de 8 x 17 con neumáticos de 225/60 R17. Opcionalmente se pueden adquirir llantas de aleación ligera de 8 x 18 con neumáticos tipo «run-flat» (que pueden ir pinchados durante unos kilómetros a baja velocidad) de medidas 245/50 R18, con un sistema para medir su presión.
En Alemania, el 730d (58.000 €) es más barato que el 730i (61.500 €). Si en España ocurre lo mismo, tendrá poco sentido comprarse un 730i, porque el Diesel será mejor en prestaciones, consumo y precio. Si se mantiene la misma relación de precio que en Alemania, el 730i podría costar aquí unos 70.000 €.