El Serie 4 Cabrio tiene cuatro plazas. Las delanteras son similares a las de un Serie 4 Coupe en lo referente al espacio disponible y a la mayoría de mandos que el conductor tiene a su alcance. Las diferencias están en los asientos —que llevan integrados los cinturones de seguridad (como en el Serie 3 Cabrio anterior, aunque ahora la pieza de anclaje es menos aparatosa: imagen del asiento anterior y del nuevo)— y en las dos plazas que hay tras ellos.
Que el asiento lleve incorporado el cinturón es en parte una necesidad (la cinta no puede salir de un pilar central inexistente en esta carrocería) y, a la vez, una alternativa más cómoda y menos compleja que la solución de un brazo extensible que utiliza Mercedes-Benz. Además el cinturón queda muy bien colocado sobre el hombro.
Los plásticos y la piel que recubren el habitáculo dan sensación de calidad. El ajuste entre las distintas piezas, al menos las que quedan a la vista, me ha parecido impecable, especialmente el de las gomas que rematan los pilares del parabrisas, un detalle que suele ser «feo» en muchos descapotables.
Los asientos delanteros pueden ser de dos tipos. Se diferencian por la sujeción lateral que pueden dar (imagen de los «normales» e imagen de los deportivos) y, sobre todo, porque los llamados deportivos (de serie con el equipamiento Sport y opcional con el resto) tienen unas salidas de aire caliente a la altura de la nuca (imagen). La intensidad del calor es ajustable en tres niveles (imagen de los mandos). En ningún caso pueden tener sistema de ventilación.
Los asientos deportivos, que son los que llevaban el coche que hemos probado, nos han parecidos buenos tanto por sujeción como por confort. La superficie de la banqueta se puede ampliar hacia delante —una solución que permite apoyar el muslo a conductores altos; imagen— y el apoyo lateral, regular —mediante botones; imagen—. Los apoyacabezas se mueven a mano con mucha dificultad y en un recorrido muy corto.
El puesto de conducción es el típico de BMW. El asiento puede ir colocado muy cerca del piso y el conductor, sentado con las piernas poco flexionadas, gracias también a un volante que se puede alejar mucho del salpicadero, lo que lo convierte en un modelo apto para conductores de estatura elevada. Si se es alto o se va sentado con el asiento elevado, el pilar del parabrisas resta mucha visibilidad en algunos giros, principalmente en ciudad.
Las dos plazas traseras están separadas por una pequeña consola, en la que hay un soporte para llevar dos bebidas y un hueco pequeño donde dejar el móvil o unas llaves (imagen). Estas plazas tienen el respaldo con una inclinación próxima a la vertical y de poco grosor, con un mullido duro que no las hace confortables para viajes largos, al menos no de igual manera que un Serie 4 Coupe. A pesar de esto, son dos plazas perfectamente utilizables y que en trayectos de duración corta no presentan inconvenientes notables.
El acceso a estas plazas traseras se hace abatiendo el respaldo del asiento delantero a mano y, si se desea, adelantando todo el asiento mediante un mecanismo eléctrico (imagen). Cuando el techo está quitado, con la primera operación es suficiente para entrar o salir pero, cuando está colocado, es necesario hacer las dos, salvo que sea un niño o una persona con mucha agilidad.
Los pasajeros de estos dos asientos traseros no tienen a su alcance mandos para accionar los elevalunas, operación reservada en exclusiva al conductor. Sí tienen salidas de aire en la consola (con una ruleta para variar la temperatura; imagen) y un plafón de luz en el techo —un punto de luz general, sin luces de lectura, que complementa al que hay colocado en la parte delantera (imagen), en el marco del parabrisas— que no ilumina especialmente bien.
En las plazas delanteras hay espacio suficiente para dejar todo aquello que habitualmente se lleva en los bolsillos pero se echa en falta que el que hay bajo la tapa del cajón de la consola (imagen) se pudiese bloquear con llave, dado que el único lugar del coche donde dejar cosas guardadas bajo llave cuando se deja el coche aparcado descapotado es la guantera.
Cuando el techo está colocado sobre la carrocería, el maletero tiene una capacidad (380 litros) similar al de otros modelos comparables. Debido a los distintos mecanismos necesarios para su plegado, hay elementos que impiden introducir objetos muy grande, por lo que resulta recomendable repartir el equipaje en distintas maletas y bolsas, dado que estas últimas permiten aprovechar mejor los recovecos. Si se pliega el techo, ocupa gran parte del maletero y la capacidad queda reducida sustancialmente (220 litros; imagen).
Para poder descapotar es imperativo colocar una pieza separadora que hay en el maletero en una posicón concreta. Es un mecanismo de seguridad para evitar dañar el complejo mecanismo que acciona el techo. Al hacerlo hay que acordarse de que no se puede dejar nada en los dos huecos que hay en los laterales del maletero (imagen). En caso contrario, algunas de las piezas que componen el mecanismo pueden romper lo que se deje ahí, si bien el sistema detecta el obstáculo al chocar con él, interrumpe el plegado y muestra un aviso al conductor de fallo en el plegado.
Los respaldos traseros se pueden abatir para ampliar el espacio de carga y meter objetos más largos (imagen). Para evitar que se pueda acceder al maletero desde el habitáculo si se deja el coche aparcado sin el techo, existe una mampara de plástico (imagen) que hay que abatir desde el maletero para poder comunicar ambos espacios (imagen). También puede tener una pequeña trampilla que evita perder la dos plazas traseras si se desea transportar unos esquís (imagen).
Cuando el techo está plegado es difícil sacar las cosas del maletero (imagen) a poco que estas sean de tamaño grande. Para facilitar esta tarea, BMW ha dispuesto una función que, tras la pulsación de un botón colocado en la tapa del maletero (imagen), eleva las tres piezas del techo (tarda 10 segundos) y deja un espacio suficiente (imagen) para poder manipular el equipaje sin dificultad.