La influencia que tiene la carga que descansa sobre cada rueda
tiene una importancia capital en las reacciones de cada eje
al tomar una curva.
Al cambiar de trayectoria, y puesto que el centro de masas
se encuentra siempre por encima del suelo, se producirá
una diferencia de carga entre las ruedas interiores y exteriores.
Este desequilibrio en el reparto de la carga soportada por
cada rueda tendrá una consecuencia negativa en la fuerza
lateral total que cada eje será capaz de generar. Conforme
nos separemos de la posición inicial de equilibrio,
lógicamente la rueda exterior irá generando
una mayor fuerza lateral, gracias a la mayor fuerza vertical
que soporta, mientras que la interior, más descargada,
generará menos.
Como la relación entre carga vertical y fuerza lateral
generada no es lineal, lo que se gane en la rueda exterior
será menor que lo que se pierda en la interior. En
otras palabras: cuanto mayor sea la diferencia de carga en
un mismo eje, menor será su agarre máximo posible.
Supongamos que cada una de las ruedas del eje en cuestión
estaba soportando unos 400 kg. Si al trazar una curva no se
produjeran cambios en la fuerza vertical de cada rueda, y
viendo en la gráfica que cada una de ellas es capaz
de proporcionar unos 3.800 N, tendríamos que todo el
eje podría generar una fuerza de 3.800+3.800=7.600
N.
Pongamos que, debido a la posición del centro de
gravedad del vehículo, se ha producido una diferencia
de carga de 200 kg. Es decir, la rueda interior ha pasado
a soportar 200 kg mientras que sobre la exterior recaen 600
kg.
En tales condiciones, la rueda interior es capaz de ejercer
unos 1.900 N mientras que la exterior puede proporcionar unos
5200 N. En total, la fuerza máxima disponible es de
1.900+5.200=7.100 N. Es decir, por el cambio de reparto de
carga vertical sobre las ruedas se han perdido 500 N de fuerza
lateral disponible, aproximadamente un 7% de la que se tendría
si ambas ruedas trabajaran por igual.
Esta diferencia de carga será tanto mayor cuanto mayor
sea la altura del centro de gravedad. Este es el motivo fundamental
por el que un automóvil tendrá una velocidad
de paso por curva mayor cuanto menor sea la altura de su centro
de gravedad, y que justifica los esfuerzos, al menos en competición,
por acercarlo al suelo tanto como sea posible.
Esta falta de linealidad de las ruedas también tiene
su efecto en lo referente a las fuerzas longitudinales, aceleración
y frenado, que las ruedas pueden proporcionar. Es uno de los
motivos por los que los Porsche frenen tanto (nota).
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