«El matrimonio es la principal causa de divorcio». Groucho Marx
Todos los accidentes de tráfico tienen como causa la llave de contacto. Sin llave, el coche no arrancaría y, por tanto, no habría accidentes de tráfico.
Está claro supongo que la palabra «causa» está mal empleada en la afirmación anterior. Creo que se ve que la llave no es una «causa» sino una «condición de posibilidad». Es decir, sin llave, no se dan las condiciones para que sean posibles los accidentes.
Todos los accidentes de tráfico tienen como causa un exceso de velocidad. En todo caso, existe una velocidad menor, en la que el accidente no se habría producido.
Lógicamente, las afirmaciones referidas a la llave y al exceso de velocidad son iguales. Es decir, ambas son erróneas. Sin embargo, creo que la primera es claramente errónea, y la segunda no. De hecho, hay quien la defiende como cierta. Y creo que no es claramente errónea porque la velocidad siempre es condición de posibilidad (si todos los coches estuvieran parados no habría accidentes) y, a veces, también es causa.
Tomemos el siguiente supuesto: «un conductor toma una curva a una velocidad superior a la que las condiciones admiten, y se sale de la carretera». Podría decirse que la causa de ese accidente ha sido una velocidad excesiva. Ahora bien, dentro del supuesto anterior, podemos pensar en distintas condiciones.
Una: el conductor está atento y sobrio, el coche en buen estado mecánico, la curva tiene un trazado perfecto y el suelo es tan adherente y uniforme como el que más. Es decir, ni en las condiciones ideales, un coche podría haber tomado esa curva a esa velocidad.
Dos: se dan exactamente las mismas condiciones que en caso anterior, salvo que el conductor no está atento. Se ha «tragado» la curva, no la ha previsto porque iba distraído.
En ninguno de los dos casos habría ocurrido el accidente a una velocidad menor. En el primero, yo diría que la causa es el exceso de velocidad. En el segundo, creo que el exceso de velocidad es una condición para que exista un accidente causado por una distracción.
La diferencia no es sutil. Si existiera un método infalible para convencer a los conductores de que respeten los límites de velocidad, el primer accidente no habría ocurrido, pero el segundo sí. El primer conductor ha entrado voluntariamente demasiado rápido; el segundo lo ha hecho involuntariamente, por distraerse.
Dedicar recursos a encontrar ese método infalible (radares, anuncios truculentos o cosas así) solo tendría sentido después de saber cuántos accidentes iba a evitar. Cuando las Autoridades de tráfico nos hablan del exceso de velocidad como causa de accidentes, yo no sé de qué están hablando exactamente. Tampoco sé si ellos lo saben.
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