El habitáculo del Impreza tiene una buena cantidad de espacio para los ocupantes, más que suficiente para que dos personas de casi dos metros viajen cómodas sentadas una detrás de la otra. Las cotas son las mismas que en el XV; la única diferencia es que en el Impreza el conjunto queda 9 cm más abajo, de manera que estas Impresiones del interior del XV son perfectamente válidas para este modelo.
Aunque la anchura entre puertas en los asientos posteriores es mayor que en la mayoría de sus alternativas (144 cm), no resulta suficiente para que un tercer ocupante viaje con comodidad o para que un niño quepa entre dos sillitas infantiles (aunque esto no es exclusivo del Impreza, pasa en todos los que tienen una carrocería de tamaño similar). La mejor cota es, sin lugar a dudas, el espacio longitudinal en esta fila de asientos, que con 74 centímetros supera por un amplio margen al de modelos como el Renault Mégane (64 cm), el Citroën C4 (63 cm) o el Peugeot 308 (67 cm). Todas las mediciones del interior.
El maletero, en cambio, es más pequeño que el de muchas de sus alternativas (385 litros), aunque permite transportar el equipaje de cuatro adultos para un fin de semana sin demasiadas complicaciones y además resulta fácil de cargar (el borde está situado a 68 cm del suelo, que es más bien poco). Tiene un plafón de iluminación y ganchos de diversos tamaños y formas, pero su aspecto no está demasiado bien cuidado: las paredes laterales están sin tapizar y la cortinilla cubre equipaje, además de endeble, no tapa por completo el espacio destinado a la carga (quedan huecos de varios centímetros de anchura en los laterales; imagen).
El diseño del interior es poco vistoso y algunos mandos y botones están dispersos por el habitáculo sin un órden demasiado lógico, por lo que su manejo requiere de un periodo de adapación más o menos corto. Ocurre, por ejemplo, con los botones destinados a activar o desactivar el sistema de frenada de emergencia o el de la alerta por cambio involuntario de carril, situados junto al plafón de iluminación delantero (imagen) o el de puesta a cero del ordenador de viaje, que está bajo la instrumentación (imagen). A pesar de ello, una vez el conductor se acostumbra a la (curiosa) organización, se sentirá cómodo con el manejo de las distintas funciones.
Sin recurrir a unos materiales especialmente lujosos, el habitáculo del Impreza, en general, causa una grata sensación de calidad porque todas las piezas están perfectamete ensambladas entre sí. No sabemos cómo aguantarán el paso del tiempo (el coche de pruebas apenas tenía 3000 km), pero durante la semana de pruebas no escuchamos ningún tipo de ruido achacable a desajustes.
La postura al volante es buena, con ajustes amplios que permiten que personas de complexiones dispares se sientan cómodas. Los asientos, que solo pueden ser de tela —en el XV también de cuero—, tienen un mullido duro, son confortables incluso pasadas varias horas y dan una sujeción normal, pero carecen de regulación lumbar (a mi no me ha supuesto un problema, pero puede que no sea así con todo el mundo).
En el nivel de equipamiento Executive, el sistema multimedia se maneja a través de una pantalla táctil de 8 pulgadas (imagen). En Subaru han optado por no integrar en él un navegador propio al considerar que la compatibilidad con los sistemas operativos Android Auto y Apple CarPlay es suficiente para la mayoría de usuarios. Su funcionamiento es correcto por la velocidad con la que se despliegan los diferentes menús y, si bien no tiene un interfaz de entre los más intuitivos, da un buen contraste que permite ver bien lo que se muestra incluso en condiciones de mucha luz.
Hay una segunda pantalla en la parte superior del salpicadero, de menores dimensiones que la principal y que no admite uso táctil, pero con la misma calidad de imagen. En ella se puede ver mucha información: ordendador de viaje (con dos parciales), el funcionamiento de los sistemas de ayuda a la conducción, los ajustes del climatizador, la temperatura del aceite y del líquido refrigerante, la fuente de sonido seleccionada o la inclinación de la carrocería (imagen e imagen)
El Impreza tiene una superficie acristalada relativamente amplia en comparación con lo que suele ser habitual hoy en día y además tiene unos pilares bastante finos, por lo que la visibilidad hacia el exterior es buena. La única excepción está en los cuartos laterales traseros, donde es algo peor, pero en absoluto mala. La cámara trasera de ayuda al estacionamiento, que solo es de serie con el nivel de equipamiento Executive, da una buena calidad de imagen y resulta muy útil.
Hay muchos huecos portaobjetos repartidos por el habitáculo del Impreza pero, salvo el que está por delante de la palanca de cambios y los posavasos que hay entre los dos asientos delanteros, ninguno de ellos está forrado de goma o de tela (con ello se evitaría que los objetos depositados hagan ruido al moverse). La guantera es pequeña, pues apenas cabe la documentación y el manual de instrucciones del vehículo (imagen).