El Subaru Impreza con carrocería de cinco puertas está a la venta con una variedad de tres motores de gasolina, de 107, 150 ó 230 CV de potencia y uno Diesel de 150 CV, desde 17.900 € (todos los precios). También hay una versión deportiva, llamada WRX STI,con un motor de 301 CV.
Además de la versión de cinco puertas, existe otra con carrocería de cuatro y que sólo está disponible con el motor de gasolina de 150 CV. Todos los Impreza pueden tener control de estabilidad (opcionalmente en la versión 1.5R y de serie en el resto). Algunas versiones tienen reductora.
Impreza 2.0 Diesel
Desde comienzos de 2009, está disponible con un motor Diesel de 2,0 litros, de tipo bóxer. Es el mismo motor que tiene el Legacy, el Forester y el Outback (más información sobre este motor). Puede comprarse, con tres niveles de equipamiento desde 24.000 €, los tres incluyen el control de estabilidad como equipamiento de serie.
La impresión que nos ha dado el Impreza 2.0 Diesel en la toma de contacto es que no hay otro modelo de sus características (tamaño y potencia) cuya conducción por carreteras de curvas sea más satisfactoria. La suspensión de esta versión tiene unos ajustes específicos y deja el coche 5 mm más cerca del suelo.
Anteriormente habíamos probado este motor Diesel en el Legacy. En el Impreza, conserva las cualidades que tienen que ver con la sonoridad y el refinamiento pero, por la diferencia de peso entre uno y otro modelo, la sensación de empuje parece mayor. Tiene buena respuesta a muy bajo régimen, es fácil iniciar la marcha, y desde poco más de 1.600 rpm es capaz de ganar velocidad con soltura. El motor alcanza unas 4.500 rpm pero pasadas las 4.000 rpm pierde empuje.
Pero lo mejor de este motor Diesel bóxer es la suavidad de funcionamiento que tiene. Da la sensación de que hay muy poca resistencia entre las piezas que se mueven en el motor. Con el coche en movimiento, el sonido del motor pasa completamente desapercibido, y tan sólo se oye el ruido de rodadura y un poco el aerodinámico (que parece provenir de los retrovisores). Al ralentí o en las fases de aceleración sí se escucha.
El consumo homologado por Subaru en ciclo combinado es 5,8 l/100 km. No destaca por ser de los que menos consume, si bien la diferencia con los mejores no es grande. La única alternativa con tracción total es el Audi A3 Sportback 2.0 TDI 140 CV quattro, que gasta 0,2 litros menos.
Algo que distingue al Impreza Diesel del Legacy (y el Outback) Diesel es que tiene un cambio manual de seis velocidades (como el Forester) en vez de uno de cinco. En alguna de las unidades que hemos conducido, al cambiar con rapidez, la palanca ofrecia un punto de resistencia que dificultaba cambiar de marcha, sobretodo en las reducciones. Subaru está desarrollando una caja de cambios automática para este motor.
Consideraciones sobre la gama
En un coche costoso, aunque hay que tener en cuenta que lleva tracción total y reductora (en algunas versiones con motor de gasolina). La versión más económica con motor de gasolina y 150 CV cuesta 21.700 €, es decir, un precio algo mayor que el de un SEAT León, un Honda Civic o un Fiat Bravo (comparativa).
Elegir este coche frente a otro sin tracción total, tiene sentido si se va a dar uso a su tracción total o a su reductora. Ahora bien, sacar partido a estos elementos requiere que las condiciones de circulación sean muy específicas. Por ejemplo, suponen una ventaja cuando hay que circular por rampas heladas o hay que tirar de un remolque pesado en carreteras muy lentas y de fuerte pendiente. La tracción total da más capacidad de tracción y permite acelerar antes a la salida de las curvas; no da ninguna ventaja cuando no hay aceleración, por ejemplo en la entrada de las curvas.
La reductora no hace que el Impreza pueda circular por zonas agrestes, porque en esas condiciones está limitado por la altura libre al suelo (que es la de cualquier turismo). Si nunca se va a circular por campo, pero es importante que tenga tracción total, el Impreza es superior por casi todo a los todo terreno de su precio: para disponer de tracción total no hay que cargar con los inconvenientes de una carrocería alta y voluminosa.
Si no se va a dar uso a la reductora o al sistema de tracción total, el Impreza no me parece desaconsejable, pero por lo que cuesta, hay una gran variedad de coches que son superiores por prestaciones y por equipamiento.
En prestaciones porque el Impreza de gasolina de 150 CV acelera más bien poco para tener esa potencia. El freno que suponte la tracción total se nota en las prestaciones y también algo en el consumo.
Por equipamiento, porque sólo las versiones caras pueden llevar elementos interesantes. Por ejemplo, son exclusivos del «Limited Plus» y del «Sport» elementos como el sistema de acceso y arranque sin llaves, los faros de xenón (que dan buena iluminación), el cargador de seis discos y unos asientos con más sujeción lateral (de tipo deportivo).
El Impreza tiene muy buen tacto de conducción y parcialmente reacciona como suele ser agradable para las personas que disfrutan conduciendo. En todo caso, el control de estabilidad le viene muy bien porque a veces es algo difícil de conducir, en parte debido a que las ruedas que tiene de serie dan poca adherencia.
Una cosa que distingue al Impreza (y en cierta medida a otros Subaru) es que con unos plásticos aparentemente sencillos y con pocos adornos, da una sensación de solidez y de estar bien hecho infrecuente en un rango de precios más o menos similar. Más que calidad visual, lo que tiene el Impreza es calidad de funcionamiento, que se aprecia, por ejemplo, en el manejo de la dirección, en el funcionamiento del cambio de marchas y en lo bien que amortigua la suspensión. El interior es amplio para cuatro personas y el maletero no es voluminoso, a causa del sistema de tracción total.
La versión Sport (gris en las fotos) tiene algunos elementos añadidos a su carrocería que la distinguen del resto: los paragolpes, los faldones laterales, las llantas y los asientos deportivos.
Las versiones WRX se diferencian en su carrocería, entre otros detalles, porque tienen una toma de aire. En el interior, el Impreza WRX tiene el cuentavueltas colocado en el centro y el velocímetro a la derecha. En las demás versiones es justo al revés.
La carrocería de cinco puertas mide 4.415 mm de longitud, es decir, lo mismo que un Mazda3 y claramente más que la de un Volkswagen Golf o un Renault Mégane. Respecto al anterior Impreza, el nuevo tiene una distancia entre ejes mayor (2.620 mm) y unos voladizos más cortos.
Esta es la tercera generación del Impreza. La anterior apareció en 2000 y la primera en 1992.