El habitáculo del 9-3 Sport Hatch es ancho, con altura suficiente para personas de talla elevada, pero poco espacio para los ocupantes de las plazas traseras. No hay a la venta en nuestro país muchas alternativas por tamaño exterior y potencia que sean más espaciosas que este Saab. Un Volvo V70 T5, que es algo más largo, es más amplio; un Audi A4 Avant 3.2 FSI o un Jaguar X-Type 3.0 V6 Sport Wagon no lo son.
El Jaguar X-Type Wagon (prueba de este modelo con el motor Diesel de 2,2 l) es un coche muy parecido a él por sus cotas externas e internas. El interior del Saab ofrece más anchura pero tiene menos espacio para las piernas atrás; de hecho, en este aspecto, el 9-3 Sport Hatch es el peor de los familiares de sus características que hemos medido en km77. La altura disponible es similar en el X-Type y en el 9-3.
De cara a los pasajeros, la única diferencia entre el 9-3 con la carrocería familiar («Sport Hatch») y la de cuatro puertas («Sport Sedán») es que la primera ofrece 5 cm más de altura en las plazas traseras. Las diferencias de volumen de maletero entre ambas versiones (2 l a favor del «Sport Sedan») también son insignificantes; este volumen es pequeño en ambos casos. Ahora bien, los 419 l del «Sport Hatch» son más aprovechables. El portón se puede abrir y cerrar con facilidad, aunque no puede ir accionado por un motor eléctrico.
El borde de carga (altura mínima que hay que levantar un objeto del suelo para introducirlo en el maletero) es bajo; sólo 58 cm. La longitud máxima del maletero es 107 cm, la anchura máxima 132 cm y la mínima (limitada por los pasos de rueda) es 100 cm.
Tiene un doble fondo de 20 l, al que se accede plegando en tres partes el panel que recubre el maletero; este hueco queda ocupado por el atavoz de graves (si lo lleva). Hay cuatro argollas metálicas distribuidas en cada una de las esquinas, y un hueco con tapa a la izquierda donde —en la unidad de pruebas que he conducido— va guardada una red de sujeción y hay una toma de corriente de 12 V.
La cortinilla retráctil que cubre el maletero, además de las dos posiciones normales, completamente extendida o recogida, puede ir colocada en otra posición intermedia en la que se eleva varios centímetros por una guía que hay en los pilares del portón. Este movimiento se realiza automáticamente, con sólo girar el extremo de la cortinilla. Es una solución muy cómoda porque, al elevarse por la guía siguiendo el ángulo del montante trasero, también retrocede varios centímetros y permite alcanzar ciertos objetos del maletero sin necesidad de enrollar toda la cortinilla.
El maletero está iluminado mediante dos plafones colocados en los montantes traseros. En el portón, a diferencia del Saab 9-5, no hay ninguna luz.