La fabricación del 9-3 Cabrio se realiza en la planta que Magna Steyr tiene en la ciudad de Graz, Austria.
Hay dos secciones diferentes, una de carrocería y otra de montaje. La de carrocería está dedicada al ensamblaje y soldado de diversos elementos de la carrocería; no hay prensas de estampación de piezas ya que estas vienen hechas desde distintos proveedores.
A lo largo de esta sección se van uniendo las diferentes piezas que forman parte de la estructura del chasis. Está unión se realiza por soldadura —tanto automátizada mediante brazos robot (foto), como de forma artesanal por el personal de la fábrica (foto)— o por pegado.
Para comprobar el correcto funcionamiento de estos procesos, se elige algún vehículo de la cadena para realizar una comprobación exhaustiva mediante ultrasonidos de las soldaduras (foto).
El recorrido por la sección de carrocerías acaba en una línea donde se pulen los excesos de material de soldadura y se lijan los posibles defectos que pudiera tener la carrocería antes de pasar a la zona de pintura (foto).
Este proceso, el de pintura, se lleva a cabo en una nave exclusiva para el pintado y que comparten todos los modelos que tienen en producción en la planta de Magna-Steyr.
Aquí es donde se procede a la galvanización e imprimación de las distintas capas que asegurarán una correcta capacidad anticorrosión de la carrocería y el pintado final del vehículo.
Tras su secado, pasa a la sección de ensamblaje donde se montan las gomas que dan estanqueidad al habitáculo (foto), se pasa el cableado (más información sobre el sistema eléctrico), se le quitan las puertas para poder montar el salpicadero, asientos y otros elementos interiores (foto).
La carrocería pasa a una línea donde se produce el casamiento entre ella y toda la parte dinámica del vehículo (motor, escape, suspensiones o frenos).
Todos estos componentes están ya montados sobre un carro que, dado el momento, se desplaza automáticamente (foto) desde la sección donde se montan todos estos elementos hasta situarse debajo de la carrocería, que en ese instante está elevada unos dos metros del suelo.
Este carro se coloca en la posición exacta que permite que al bajar la carrocería está quede acoplada perfectamente. A continuación unos operarios fijan ambas partes (foto).
Ya sólo queda colocar la capota, los faros, las ruedas o losretrovisores, entre otros elementos exteriores (foto), y pasar a una zona de inspección. En esta zona (foto), se comprueban el funcionamiento del motor, la alineación de las ruedas o diversos accesorios electrónicos (accionamiento de la capota, luces o cuadro de mandos).
Para asegurar la adeacuada estanqueidad de la capota, el coche se introduce en un túnel dónde se pulveriza sobre él 1.500 litros de agua por minuto, durante un tiempo de 5 minutos (foto).
Finalmente pasa a la pista de pruebas, un recorrido inferior a un kilómetro dónde se comprueba el correcto funcionamiento dinámico del coche.