En el nuevo Zafira la banqueta del asiento del conductor va situada un poco más baja que en el modelo reemplazado y el volante está menos tendido. No obstante, la posición al volante del nuevo Zafira sigue siendo erguida y más parecida a la de un Renault Grand Scenic que a la de un Volkswagen Touran. La palanca de cambios está ahora colocada en la consola, en una posición muy accesible.
El tipo de recubrimiento y mandos del interior del Zafira son muy parecidos a los que utiliza el Astra. Con respecto a éste, algunos mandos están mejor situados, como los de la climatización (están en un plano más elevado y cerca de la mano del conductor). La palanca del freno de mano tiene forma de «U», en lugar de la clásica palanca de un solo brazo. Según responsables del diseño del Zafira, esto aporta ventajas de funcionalidad, porque permite aprovechar el hueco que deja esta palanca entre sus dos brazos longitudinales para colocar una bandeja porta objetos. Un freno de mano eléctrico es la mejor solución para aprovechar el espacio; Opel ha desestimado este elemento porque es más caro de fabricar que un mecanismo convencional.
Si el coche lleva instalada la opción de acceso y arranque sin llaves («Open & Start»), el arranque se hace mediante un pulsador dispuesto en el salpicadero (imagen). Para arrancar el Zafira es necesario pulsar sostenidamente unos instantes el botón (al estilo del Volkswagen Passat). En otros coches que utilizan este sistema, una breve pulsación sobre el correspondiente mando es suficiente para poner en marcha el motor.
El interior del Zafira es funcional en términos generales. Las mejores cualidades de su interior tienen que ver con el hecho de que tiene un volumen grande de maletero, algo destacable teniendo en cuenta que ninguno de los asientos se extraen del interior (los asientos que se extraen son habitualmente pesados y hay que tener de un sitio donde guardarlos).
Lo menos favorable es que, para acceder a las plazas traseras hay que desplazar toda la segunda fila de asientos hacia delante (no se puede hacer de forma separada). Es decir, si alguien quiere acceder a la tercera fila de asientos, primero se han de bajar los tres posibles ocupantes de la segunda fila.
Los asientos de la segunda fila se pueden plegar de dos maneras distintas. Una, en la que la banqueta se levanta y se coloca en el mismo plano perpendicular que el respaldo y ambos elementos se desplazan hacia delante sobre un carril; es la mejor opción si se ha de dejar espacio para que pasen personas a las plazas traseras (imagen). El recorrido longitudinal de la segunda fila de asientos es 300 mm, que es mucho.
La segunda posibilidad es abatir los respaldos sobre la banqueta (con lo que ambos quedan paralelos al suelo) y desplazar ambos sobre el carril longitudinal del suelo. En este segundo caso el recorrido longitudinal del asiento está más limitado y el espacio libre que deja (entre asientos y marco de la puerta) para acceder a las plazas traseras es más limitado.
Como los respaldos de la segunda fila de asientos se pueden abatir individualmente y la tercera fila de asientos está compuesta por dos plazas individuales, el nuevo Zafira se puede convertir de siete a seis, cinco, cuatro, tres o dos plazas. Los únicos asientos que pueden quedar completamente enrasados con el piso del coche son los dos de la tercera fila de asientos.
Todos los movimientos que sirven para mover los asientos son fáciles pero las palancas o tiradores que los accionan requieren cierta fuerza para manipularlos.
El espacio interior está bien teniendo en cuenta sus dimensiones exteriores. El espacio el la tercera fila de asientos es mejor que el de un Renault Grand Scenic, y parecido al de un Volkswagen Touran o un Mazda5. En estas plazas dos adultos de una estatura por debajo de la media pueden ir sentadas con cierta comodidad. Dado el largo recorrido longitudinal de la segunda fila de asientos, el espacio para las piernas en la tercera fila puede ser muy grande.
Parece un monovolúmen más bien estable, agradable de conducir y que apoya bien en las curvas. Las unidades que he conducido en la presentación tenían «IDS Plus». Sin accionar el botón «Sport» del salpicadero, parece que el equilibrio entre comodidad y estabilidad está bien logrado. Al accionar el botón se endurece apreciablemente la suspensión, pero no parece que el coche se torne claramente más incómodo.
Las versiones que tienen «IDS Plus» de serie, también tienen asociadas las funciones del «Sport Switch»; además de endurecerse la suspensión, la respuesta del motor se hace más directa a cada insinuación con el acelerador y la dirección se hace ligeramente más dura (poco apreciable). En todo caso, al menos en la versión con el motor Turbo de 200 CV la dirección va más blanda que en los Diesel.