El Pixo es un utilitario básico y eso se nota en la falta de ciertos elementos de equipamiento. El ahorro ha sido excesivo en algunos casos: no tiene tapa en la guantera, las ventanillas traseras abren muy poco (su apertura es de tipo «compás»), no lleva asideros en el techo y no hay ningún indicador de la temperatura del agua (sólo hay un testigo que se enciende cuando el motor se ha sobrecalentado). Es curioso, sin embargo, que en 2012 se incluya en el equipamiento de serie un retrovisor interior de oscurecimiento automático.
Las dos plazas delanteras tienen asientos cómodos. Su mullido tiene una dureza correcta (al menos para mi gusto) y sus laterales están provistos de soportes que limitan mucho la posibilidad de que el cuerpo se desplace lateralmente, tanto en las curvas de ciudad como en las de carretera.
El puesto de conducción me parece correcto en términos generales, aunque tiene dos inconvenientes. Por un lado, la regulación del respaldo tiene sus puntos de enclavamiento muy separados entre sí, y a veces la postura ideal se encuentra entre dos de ellos. Por otro, el volante va algo cerca respecto a los pedales. Por esa razón, para que los conductores de piernas largas puedan llegar bien al volante, tienen que llevar las rodillas muy flexionadas. Esta característica es frecuente en muchos utilitarios de este tipo; de hecho, en algunos, como el Fiat 500, el efecto es mucho más acusado. De los utilitarios que he probado hasta el momento, el que puede tener el mejor puesto de conducción para personas de diferentes estaturas es el KIA Picanto.
El interior del Pixo es muy práctico porque tiene muchos huecos en las plazas delanteras para vaciarse los bolsillos o para llevar cosas necesarias como un mapa de carreteras o envases de bebida.
El espacio en las plazas traseras está dentro de lo normal en coches de este tipo; dos personas adultas caben bien siempre que las delanteras no lleven sus asientos muy retrasados.
Una silla infantil de las que van colocadas en el sentido contrario a la marcha deberá ir en la plaza trasera derecha (imagen). Para que quepa ahí, la plaza del acompañante del conductor deberá ir muy adelantada y sólo entrarán bien personas de estatura reducida. La silla no puede ir detrás del asiento del conductor porque no queda sitio para ningún conductor. Delante no se puede llevar la sillita porque el airbag no se puede desconectar.
Para sujetar las sillas que van en el mismo sentido de la marcha, atrás hay dos fijaciones «Isofix» y otras «Top Theter».
El maletero tiene 129 l de capacidad, prácticamente igual al del KIA Picanto (127 l) pero más pequeño que el del Toyota Aygo, el Citroën C1 y el Peugeot 107 (139 l todos ellos). El Hyundai i10 tiene un maletero mucho más grande que todos ellos (225 l).
En el Pixo entra una maleta pequeña de dimensiones (52x36x22 cm) y una mochila (imagen). También caben algunos carritos para niños (imagen) aunque la bandeja del maletero no se podrá colocar en su posición normal.