El Micra tiene un habitáculo espacioso dadas las dimensiones de su carrocería —3,78 metros de largo, 1,67 metros de ancho y 1,52 metros de alto— . Aunque no hay mucho espacio para las piernas de los pasajeros de las plazas posteriores, sí es suficiente como para poder viajar con relativa comodidad. No es de los mejores utilitarios en esta medición, pero tampoco de los peores (mediciones interiores).
La anchura en las plazas posteriores también está en un lugar intermedio en nuestra tabla de mediciones. Aunque los utilitarios más espaciosos en este sentido —Mazda2 u Opel Corsa— ofrecen unos centímetros adicionales, lo cierto es que ninguno es espacioso para más de dos ocupantes adultos.
La altura, tanto en las plazas delanteras como en las traseras, sí es buena en relación a otros utilitarios: una persona de 1,85 metros se puede acomodar sin problemas. El único inconveniente es que los reposabezas, colocados en su posición más alta, quedan bajos para personas de cierta estatura.
Los asientos son cómodos y no sujetan muy bien el cuerpo. Tiene un mullido algo blando, pero no tanto como para que el cuerpo se hunda en la banqueta. La plaza central trasera tiene la banqueta igual que las otras dos plazas, no así el respaldo —es algo más duro y sobresale ligeramente—.
Una característica de esta tercera generación del Micra es que la banqueta trasera ya no tiene desplazamiento longitudinal como el modelo anterior (más información), lo que permitía incrementar el volumen de carga del maletero o el espacio para las piernas según fuese necesario. Ahora, en compensación, los asientos posteriores pueden plegarse totalmente —respaldo y banqueta—. Antes sólo se podía abatir el respaldo (Imagen del coche actual con los asientos plegados)
La posición de conducción es cómoda a pesar de que el volante sólo tiene regulación en altura. El conductor no puede colocarse en una posición baja con respecto al suelo porque la banqueta de su asiento, igual que la del acompañante delantero, queda alta incluso en su posición inferior.
Esto puede llegar a ser un inconveniente para conductores de talla grande, tanto por la altura libre al techo como porque las piernas pueden golpearse con la columna de la dirección.
La instrumentación es fácil de leer pero carece de ciertos indicadores útiles como el de la temperatura exterior o el de la temperatura del líquido refrigerante del motor. Además, no lleva más que un indicador de consumo medio, con lo que no se puede comparar el gasto de carburante en dos recorridos diferentes. Sí tiene dos indicadores de kilómetros recorridos —A y B—.
El habitáculo del Micra está realizado con materiales sencillos, no muy agradables a la vista y al tacto. Aún así, transmiten sensación de solidez y, aparentemente, deben aguantar bien el paso del tiempo. Todos los mandos son accesibles y tienen un tacto correcto. Es especialmente agradable el recubrimiento del volante, al menos con el nivel de equipamiento que llevaba nuestra ubnidad de pruebas («Tekna»).
Hay algunos detalles de falta de esmero en su construcción, como los remates del tapizado en la parte posterior de los asientos, la terminación de algunos de los plásticos del salpicadero, el aspecto pobre del plafón de iluminación interior, los tornillos a la vista en los tiradores interiores de las puertas, la ausencia de luz en los dos parasoles delanteros o la holgura del recubrimiento interior del techo en su unión con el parabrisas y los montantes de las puertas. También es un aspecto negativo que los elevalunas eléctricos traseros no estén disponibles ni siquiera en opción.
Hay unos espacios alargados en la parte interna de las puertas —las delanteras incluyen un hueco para latas o botellas pequeñas—, dos guanteras con tapa (imagen) y una repisa entre ambas, un pequeño compartimento delante de la palanca de cambios con dos espacios para bebidas y otro junto a la palanca del freno de estacionamiento. Este último desaparece en las versiones que llevan asientos delanteros con calefacción porque es ahí donde están los mandos para conectarlos (imagen).
Además, cuando la plaza del acompañante delantero está libre, es posible levantar parte de su banqueta para acceder a un pequeño (imagen) hueco muy útil para, por ejemplo, dejar un bolso. También sirve para dejar elementos de poca altura, como una carpeta. Tiene una cinta elástica para sujetar lo que se deposite en él.
Equipamiento
Nuestra unidad de pruebas llevaba un programador de velocidad de funcionamiento correcto pero algo curioso: no permite seleccionar velocidades altas si se circula a un ritmo bajo. Hay que ir subiendo de velocidad progresivamente hasta alcanzar la deseada, no se puede establecer una y que el coche llegue a ella por sí solo —por mucho que se pulse la tecla «+» para incrementar la velocidad, si el coche no es capaz de acelerar para llegar a ella, el programador no la aumenta—. Se maneja mediante las teclas ubicadas en la parte derecha de la zona central del volante, igual que el limitador de velocidad.
También tenía un navegador con pantalla táctil de cinco pulgadas integrada en la consola central, que incluye el equipo de sonido. Me ha parecido muy intuitivo y sencillo de utilizar. Tiene unos gráficos perfectamente visibles y da unas órdenes muy claras. Es de serie en las versiones «Tekna y «Tekna Premium» y no está disponible en las demás.
Una carencia en el equipamiento del Micra, además de la imposibilidad de adqurir elevalunas eléctricos en las plazas posteriores, es que la toma de 12V es opcional y, en algunos casos, no está disponible.
Así, en las versiones con navegador y conexión USB y Aux-In no es posible adquirir una toma de 12V que se puede necesitar para conectar un cargador de un teléfono móvil o una nevera, entre otros dispositivos. La conexión USB no permite cargar el teléfono móvil, al menos el que nosotros hemos probado (Nokia 5800 Xpress Music).
Maletero
Tiene una capacidad de 265 litros. Es un volumen inferior al de modelos como el Škoda Fabia,el Citroën C3, o el Hyundai i20, similar a un Toyota Yaris y superior a un Mazda2 (listado). Si se desea incrementar la capacidad de carga del Micra es posible abatir los respaldos de los asientos de la segunda fila —en una proporción 60/40—. Así hay 1.132 litros disponibles, pero no un fondo plano —queda un escalón (16 centímetros) entre el piso del maletero y los respaldos una vez se abaten éstos (imagen)—.
Además, es posible plegar por completo el asiento trasero (imagen). Esta operación es sencilla y rápida de realizar y no requiere mucho esfuerzo. Con esto se logra una superficie de carga plana de 110 centímetros de longitud. El borde del portón, una vez abierto, está a 1,80 metros del suelo.
El maletero tiene formas regulares, lo que facilita la colocación de los que se desea transportar. No hay que hacer mucho esfuerzo para depositar objetos en su interior porque el borde de carga no queda alto (mediciones del maletero). Eso sí, entre el final de la carrocería y el piso del maletero hay 19 centímetros, lo que implica que hay que levantar bastante los objetos a cargar antes de depositarlos en el interior.
Se echa de menos alguna argolla para sujetar una red con la que fijar la carga o unos ganchos para colgar bolsas. Sí tiene un pequeño plafón de luz para iluminar el interior, en la parte derecha.
Hay ciertos detalles mejorables en la terminación del maletero, como el aspecto y el tacto de la bandeja que lo cubre, la fijación de ciertas zonas del tapizado o las conexiones eléctricas de la luneta térmica (imagen).
Lleva una rueda de repuesto de emergencia. Alrededor de ella hay espacio para pequeños objetos, como una linterna o un juego de lámparas de repuesto.