La primera impresión que da el Micra puede ser buena por los detalles como los mandos color marfil y un tacto agradable, pero lo cierto es que casi todo el interior está recubierto de plásticos bastos. No sé a ciencia cierta si estos plásticos son más resistentes al envejecimiento o al deterioro (como son tan resbalosos, debe ser difícil rayarlos), lo que sí sé es que, cuanto más caro es un coche, menos plásticos tiene de este tipo.
Comparado con otros utilitarios modernos, el Micra no es particularmente malo (un C3 es peor en este sentido) pero por materiales y ajuste, el anterior Micra daba una sensación de calidad que no da éste.
El equipamiento de serie en todos los Micra Diesel incluye elementos como cuatro airbags, antibloqueo de frenos y cierre centralizado con mando a distancia, lo cual está muy bien.
El Micra es un coche que puede pitar mucho. Pita si no se deja el mando de arranque en la posición de bloqueo, si no se pueden bloquear las cerraduras porque una puerta está mal cerrada, si las luces quedan encendidas al quitar el contacto o si se deja el mando a distancia dentro del coche y se trata de cerrar la puerta con el botón en los tiradores.
En cambio, no hay aviso si el mando se aleja del coche pero no se cierran las cerraduras. El área de reconocimiento del mando a distancia que permite abrir el coche es un semicírculo de 0,8 a 1,5 m de radio alrededor de las puertas o el portón. Si hay interferencias para la emisión de ondas de radio, se puede abrir el coche con la llave normal.
Me parece un buen detalle el sistema para determinar la duración de la luz de acompañamiento: cada vez que se da una ráfaga, hay 30 s de luz. Hay un sistema que desconecta los faros o las luces interiores si se dejan encendidos, para impedir la descarga de la batería.