El interior da el aspecto de calidad que se puede esperar de un coche así. Además de buenos materiales y un ajuste muy preciso, tiene algunos detalles que aumentan la sensación de refinamiento que puede dar. La batería de teclas que tiene en el centro del salpicadero (imagen) tiene un tacto muy bueno, que recuerda al de los buenos equipos de alta fidelidad. El remate de madera que está en el salpicadero está hecho de una pieza; por debajo de él hay una tira que da una suave luz indirecta (imagen). Para manejar el mando central del nuevo sistema Command hay un cojincito donde apoyar la palma de la mano (que, si la tapicería es clara, posiblemente se ensucie pronto).
El asiento con el que he conducido el coche es muy bueno. Tenía la función que hincha un lado para aumentar el apoyo en las curvas, que me parece interesante. El número y la amplitud de los ajustes permitía encontrar las posición deseada a conductores con distinos gustos y complexión.
El nuevo sistema Command es funcionalmente similar al i-Drive de BMW; el mando para manejarlo es un disco con tres tipos movimientos: giratorio, pulsación y cuatro direcciones en el plano horizontal. Lo que se hace con este mando se ve en la pantalla central. No hay una tecla específica para volver al menú anterior o al inicio del sistema; esto se puede hacer moviendo hacia la izquierda el propio mando. Los mandos del volante quedan ahora para el equipo de sonido, el ordenador y el navegador.
A mí siempre me ha resultado más fácil manejar las distintas funciones del coche con los mandos del volante del anterior sistema Command. Es el único que me daba la seguridad suficiente para manejarlo en marcha, porque no requiere mirar a la pantalla tanto como el iDrive de BMW. A falta de probar más tiempo el sistema del nuevo Clase S, me parece que el nuevo Command es un paso atrás.
Muchos mandos son redundantes. Por ejemplo, los ajustes de la ventilación se pueden hacer con los botones del salpicadero y con el sistema Command; es más fácil hacerlo con los botones del salpicadero.
No es un coche amplio, dado su tamaño; de hecho, no es más amplio en algunas medidas que el anterior Clase S. El espacio longitudinal en las plazas traseras no es grande, en parte porque los asientos delanteros son muy voluminosos. Las dos versiones que he medido tenían el sistema de asientos con apoyo variable. En la versión de batalla normal no hay más espacio longitudinal atrás que en coches como un Ford Mondeo. Para quien vaya a utilizar el coche principalmente en las plazas traseras me parece muy recomendable elegir la versión alargada. En habitabilidad, lo mejor del coche es la altura libre en las dos filas de asientos, que es bastante para personas altas.
De serie tiene un asiento trasero de tres plazas y, opcionalmente (985 €), se puede elegir una asiento de dos plazas individuales con un hueco en el centro. Los ocupantes de las plazas traseras pueden tener prácticamente las mismas atenciones que los de las delanteras. Hay una opción de ajuste eléctrico del asiento y los reposacabezas (1.971 €), calefacción y ventilación (1.422 €), persinana eléctrica para la luneta (605 €), cortinillas eléctrica en las puertas (915 €), auriculares (929 €) o un compartimento refrigerado (1.408 €), entre otras opciones.