El Mercedes-AMG GT 63 S E PERFORMANCE es una versión del Mercedes-AMG GT 4 puertas Coupé con un sistema propulsor híbrido enchufable de 843 caballos. Tiene detalles técnicos interesantes, como una caja de cambios de dos velocidades para el motor eléctrico y una batería con un sistema de refrigeración por inmersión.
Está en venta por 230 000 euros (ficha técnica). El turismo híbrido enchufable que más se acerca por potencia a este Mercedes-AMG es el Porsche Panamera Turbo S E-Hybrid. Este «solo» tiene 699 CV y es un poco más lento acelerando (ficha técnica comparativa). Pero tiene dos ventajas: es un 14 % más barato y, sobre todo, tiene una autonomía eléctrica muy superior. Tanto es así que al Mercedes-AMG le corresponde el distintivo ECO y al Porsche, el 0 emisiones.
Los tres componentes principales del sistema propulsor son un motor de gasolina, un motor eléctrico y una batería.
El motor de combustión es un V8 de 4,0 litros de cilindrada, con dos turbocompresores y 639 CV (código M177, más información de este motor). Es el mismo del Mercedes-AMG GT 63 S 4MATIC+ (ficha técnica), aunque con el añadido de un pequeño motor eléctrico de 13,6 CV unido a su cigüeñal mediante una correa. Este sirve de motor de arranque y suministra energía a componentes como el sistema de aire acondicionado e iluminación. La caja de cambios es automática de nueve relaciones con un embrague multidisco en baño de aceite (AMG SPEEDSHIFT MCT-9G).
El motor eléctrico principal produce 204 CV y 320 Nm. Está asociado a una caja de cambios de dos velocidades. Se halla en el eje posterior de ruedas, dentro de la misma carcasa del diferencial de deslizamiento limitado, formando todo ello una unidad que Mercedes-AMG denomina «Electric Drive Unit» (imagen). El motor eléctrico actúa directamente sobre las ruedas traseras, aunque si es necesario su fuerza puede desviarse al eje delantero mediante el sistema de tracción total 4MATIC+. La primera marcha da para alcanzar 140 km/h, velocidad a la que el motor electrico se encuentra girando a sus revoluciones máximas, 13 500 rpm.
La batería está ubicada justo por encima del «Electric Drive Unit» (imagen). Es de iones de litio, tiene 6,1 kWh de capacidad y permite recorrer hasta 12 km en modo eléctrico en el ciclo de homologación WLTP. Con esta batería Mercedes-AMG no busca tanto ofrecer una autonomía eléctrica grande, sino unas tasas de carga y descarga muy elevadas (varias veces superiores a las de la inmensa mayoría de las baterías actuales) y que soporte un uso exigente sin sufrir degradación. Funciona a una tensión de 400 voltios y da una potencia sostenida de 95 CV y pico de 204. Pesa 89 kg y se puede carga con corriente alterna a un máximo de 3,7 kW.
Está compuesta por 560 celdas cilíndricas sumergidas en un líquido refrigerante. Este líquido llega a todas las celdas por acción de una bomba (y un depósito de 14 litros) y logra un mejor control de la temperatura que mediante un sistema de refrigeración líquido convencional mediante superficies de enfriamiento. Además, reduce la probabilidad de descompensación térmica por el calentamiento anormal de una celda. Según Mercedes-AMG, la temperatura media de la batería se mantiene en torno a 45 ºC, no importa lo fuerte que se conduzca.
Hay siete modos de conducción: Electric (modo eléctrico, disponible hasta un máximo de 130 km/h), Comfort, Sport, Sport+, RACE (el más «agresivo», pensado para la conducción deportiva en circuito), Slippery (pensado para cuando se circula en superficies deslizantes) e Individual (configurable por el conductor).
El conductor puede elegir entre cuatro niveles de frenada regenerativa: 0, 1, 2 y 3. En el nivel 0 la transmisión de nueve relaciones se desconecta y el motor de combustión se apaga. Hay un pequeño porcentaje de regeneración para asegurar el suministro energético de algunos componentes. En el extremo contrario está el nivel 3, el de máxima regeneración. Mercedes-AMG dice que es el modo «pedal único», en el que prácticamente no hace falta pisar el pedal del freno para decelerar. La potencia máxima de recarga en este caso puede llegar a 100 kW (muy lejos por ejemplo de los 265 kW que puede alcanzar el Porsche Taycan Turbo y Turbo S).
En el modo de conducción RACE, se activa siempre automáticamente el nivel de regeneración 1, que da una deceleración comparable a la de un vehículo de combustión con una marcha media engranada.
El GT 63 S E PERFORMANCE acelera de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 316 km/h. Por tanto, es el AMG más potente y que más rápido acelera de la actualidad; más que el Mercedes-AMG GT Black Series de 730 CV (aunque este alcanza una velocidad máxima superior, 325 km/h).
La suspensión lleva el sistema de amortiguadores activos y muelles neumáticos AMG RIDE CONTROL+. Los valores de compresión y extensión de los amortiguadores varían con independencia uno de otro según el modo de conducción. El sistema de frenos está compuesto por discos carbocerámicos de 420 milímetros de diámetro delante y 380 detrás y pinzas fijas de seis pistones y flotantes en cada correspondiente eje. Las llantas son de 20 o 21 pulgadas y tienen un diseño exclusivo para esta versión.