Aparentemente, el habitáculo del Kia e-Niro es idéntico al del Niro HEV (híbrido no enchufable), del que hablamos en profundidad aquí. No obstante, hay pequeños detalles diferenciadores que conviene señalar, como una menor altura libre al techo en las plazas posteriores o un maletero ligeramente más capaz.
Delante, el espacio que hemos medido en todas las cotas es sencillamente el mismo que para el resto de versiones: más que suficiente para que personas de estatura superior a la media se puedan acomodar sin ningún problema (calculo que hasta los dos metros, aproximadamente). Detrás, en cambio, hay alguna diferencia: hay el mismo espacio para las piernas —77 centímetros, un dato sobresaliente— y la misma anchura entre puertas —136 cm, un dato normal—, pero la altura libre al techo es cinco centímetros menor porque la banqueta está situada más elevada para dar cabida a la batería de alta tensión. Mediciones del interior.
No obstante, esta cota sigue siendo bastante generosa (95 cm, más que un Honda HR-V o un Toyota C-HR), por lo que la pérdida no resultará un problema para aquellas personas que midan hasta 1,85 metros de altura, aproximadamente. La postura para las piernas, eso sí, es ligeramente más incómoda, pues las rodillas van un pelín más altas, aunque no tanto como para ser un fastidio. De hecho, estas van en una posición un poco más natural que en el Kia EV6. Gracias a la distinta posición de las banquetas (más elevadas, como hemos comentado), el piso en estas plazas es completamente plano; desaparece el túnel de transmisión presente en otras versiones y, por tanto, resulta más sencillo pasar de un asiento a otro.
Con 495 litros de capacidad, el maletero del e-Niro es el más grande de toda la gama (451 l en HEV y 349 l en PHEV). Según nuestras mediciones, tanto la anchura como la profundidad del espacio de carga son exactamente iguales, siendo la altura hasta la cortinilla (que sigue siendo un toldillo endeble que muchas veces molesta) la única diferencia (hay 10 centímetros más). Como en el Niro HEV, el piso del maletero se puede colocar en dos alturas distintas (hay unos 10 cm de diferencia entre ambas) y cuenta con los accesorios habituales: ganchos en los extremos, perchas en los laterales, un plafón de iluminación y, en la versión más equipada (Emotion), un portón con apertura y cierre automatizados.
Bajo el capó también hay un pequeño maletero cubierto por una tapa. Solo tiene 20 litros de capacidad, pero resulta más que suficiente para guardar los cables de recarga y algún objeto menudo adicional. Tomando como referencia el volumen de los dos espacios de carga (495 l; 475 l del maletero principal y 20 l del que hay bajo el capó), el e-Niro el mejor SUV eléctrico en este sentido, superando a modelos como el BMW iX1 (490 l), el Volvo XC40 Recharge eléctrico puro (483 l; también tiene dos maleteros), el MG ZS EV (448 l) o el BYD ATTO 3 (440 l). Listado de SUV eléctricos de entre 4,3 y 4,5 m de longitud, ordenados por volumen del maletero.
El salpicadero del e-Niro no tiene diferencias con respecto al de otras versiones, más allá de los menús específicos para el sistema propulsor que hay tanto en la pantalla del sistema multimedia con en la de la instrumentación. Estas dos son satisfactorias tanto por facilidad de uso como por visibilidad y resolución, pero no siempre funcionan con la rapidez que uno querría (esto es especialmente importante en la del sistema multimedia, más susceptible de uso). Tampoco las posibilidades de personalización de la instrumentación son abundantes, pues únicamente cambia el color del fondo al alternar entre los modos de conducción, poco más.
Ergonómicamente, el puesto de conducción del e-Niro es correcto, pero hay algunos detalles peor resueltos que en el modelo anterior, que en este sentido era sobresaliente. El principal problema está bajo las salidas de aire de la parte central del salpicadero, donde hay una superficie táctil que, al toque de un par de botones, cambia las funciones del resto del panel: para el climatizador o para el manejo del sistema multimedia. Es una solución llamativa, de eso no hay duda, y además hace que esa zona del salpicadero se vea más limpia y despejada, pero termina siendo un fastidio. Con mucha frecuencia se acude a esa zona para, por ejemplo, subir o bajar el volumen de la radio y se termina subiendo o bajando la temperatura (o viceversa). Un engorro.