Por materiales y ajuste, el aspecto interior del C3 es barato, en el sentido malo del término.
Llama la atención que muchas de las piezas de chapa sólo estén pintadas por un lado, que Citroën no haya puesto ningún tipo de aislante debajo del capó, o el mal ensamblaje de ciertos elementos de la carrocería (los intermitentes laterales, la pieza de plástico que rodea a la palanca de cambio, la tapa de los fusibles o el mismo capó).
Creo que no hay ningún otro modelo de este tamaño y precio que tenga unos plásticos tan bastos, sin ningún tipo de tratamiento superficial y —en algunos lugares— con bordes afilados. No sé si esos plásticos serán duraderos o no, pero sí que otras marcas (o Citroën en otros de sus modelos) los reservan para zonas que no se ven a primera vista. Lo que sí parece es que son fáciles de lavar.
El ajuste de algunas piezas tampoco es bueno, como los elevalunas traseros (hacen ruido), los tiradores de las puertas (tienen holgura) o los difusores de la ventilación (algunos de ellos están duros, otros no).
Una característica muy curiosa de este coche es algunos de sus mandos tienen una respuesta ralentizada. Por ejemplo, se puede observar un pequeño intervalo entre que se presiona el claxon y suena, o entre que se pulsa el cierre interior y las puertas efectivamente se cierran.
La parte positiva de la carrocería es que resulta funcional. Hay muchos huecos, guanteras y otras soluciones prácticas interesantes.
En las puertas delanteras hay dos bolsas independientes de diferente tamaño. En el centro de la consola, justo debajo del equipo de radio, tiene un pequeño hueco porta objetos escamoteable con superficie de goma (es el único hueco con superficie adherente que hay en todo el coche y desaparece con la opción de cargador de discos compactos).
Delante del acompañante hay dos guanteras grandes con tapa (en la versión «X» la guantera superior no tiene tapa). En la consola central el C3 tiene un soporte para un bolígrafo, un cenicero móvil (que se puede colocar también en el centro de las plazas traseras). En su ausencia, deja huecos para colocar latas de refresco. Los pasajeros de atrás también tienen bolsas en las puertas y porta mapas detrás de los respaldos de las plazas delanteras. Debajo del asiento del acompañante hay un cajón.
El maletero tiene cuatro anillas en el piso para asegurar convenientemente la carga y el útil sistema «Moduboard» (de serie en todas las versiones salvo en la «X»). Consiste en una bandeja de plástico plegable y resistente. Cuando está completamente desplegada, sirve para dos cosas: por una parte eleva el plano de carga del maletero (tiene sentido en un coche con el fondo del maletero tan bajo, como el C3).
La segunda función es que deja completamente enrasados el maletero y el respaldo del asiento trasero cuando éste está desplegado (imagen) (la banqueta de los asientos traseros es fija). El «Moduboard» está dividido en dos (imagen), de forma que coincide exactamente con la anchura de cada uno de los respaldos abatibles. Cuando está completamente plegado (como en la foto que aparece arriba) deja casi completamente libre todo el volumen del maletero y no molesta para meter objetos grandes; si se necesita todo el espacio, es fácil quitarlo.
Todos los C3 tienen un sistema acústico que avisa con tres tonos agudos cada vez que se sobrepasa la velocidad determinada. La instrumentación tiene una función que se llama «Black Panel». Sirve para apagar todas las luces de la instrumentación, salvo el velocímetro. Es útil para limitar al máximo la distracción en conducción nocturna.