El C-Crosser es un prototipo que, según Citroën, «representa una buena muestra de la visión que la marca posee en relación con los vehículos de ocio o SUV». Lo ha mostrado en el Salón del Automóvil de Francfort 2001.
Tiene 4,28 metros de largo y 6 plazas distribuidas en dos filas; tres asientos en cada fila.
Citroën ha empleado en este prototipo un conjunto de tecnologías ya utilizadas en otros prototipos o incluso que actualmente existen en modelos de serie.
También tiene otras cosas que sí son una novedad, como que el volante (que integra todos los elementos de conducción) se puede situar en la parte izquierda, en el centro o en la parte derecha de las plazas delanteras. Esto puede ser así ya que no existe conexión mecánica entre el volante y las ruedas o el pedal del freno y los bombines de las pinzas, entre otros. La conexión se realiza mediante cables que transmiten señales eléctricas.
Este sistema ya se pudo ver en otros prototipos como el Bertone Filo. Actualmente, algunos modelos fabricados en serie tienen algo parecido a estos sistemas, como el sistema de frenos del Mercedes SL (aunque éste conserva el pedal y en el lugar habitual).
El volante es parecido al usado en aviación; se agarra por los dos puños laterales. Estos dos puños son giratorios y se puede acelerar al coche con tan sólo girar la muñeca hacia la derecha o frenarlo girando hacia el lado contrario. En el extremo de cada puño hay un pequeño botón que sirve para cambiar de marcha. Al estar todas las funciones integradas en el volante, la zona de los pies del conductor está totalmente despejada, lo que favorece la seguridad en caso de accidente.
Además, el volante tiene otras funciones en diversos botones, como activación de luces, variación de la altura de la suspensión Hydractiva 3, luces de emergencia o intermitentes. Sobre el volante hay un monitor que indica la velocidad instantánea y las revoluciones por minuto a las que gira el motor.
Que no existan vínculos mecánicos entre la dirección y las ruedas proporciona algunas ventajas, pero también inconvenientes. Las ventajas son que este sistema permite variar automáticamente la relación entre lo que gira el volante y lo que lo hacen las ruedas; las maniobras se pueden hacer sin necesidad de «manotear» apenas (el giro máximo del volante es dos tercios de vuelta).
Otras cosas que presenta el C-Crosser es un sistema que permite girar las ruedas traseras al mismo tiempo que las delanteras. En maniobras a baja velocidad las ruedas traseras giran al lado contrario que las delanteras (desconocemos en qué medida) y cuando se circula deprisa, en el mismo sentido que las delanteras. Que las ruedas traseras giren cuando lo hacen las delanteras existe en algún modelo que actualmente se vende, como el Mitsubishi 3000 GT. Otros modelos que ya no se venden también lo hacían, como el Honda Prelude o el Mazda MX-6.
Para mover al C-Crosser, Citroën ha optado por usar el motor 2.0 HPI de mezcla pobre e inyección directa de gasolina de 140 CV (artículo sobre este motor). La caja de cambios es automática.
Citroën ha optado por usar la suspensión Hidractiva 3, que permite variar la altura de la carrocería (unos 60 mm) si las condiciones del terreno son malas. Otra ventaja de esta suspensión es que se puede rebajar mucho la altura de la carrocería cuando está el coche parado, para permitir subir la carga más cómodamente La suspensión Hidractiva 3, junto con un sistema de tracción total, que se activa mediante las señales que recibe del control de estabilidad y del ABS (no hay bloqueos mecánicos), permite que se desenvuelva bien en campo.
El portón y la parte trasera del techo se pueden escamotear automáticamente bajo el piso del C-Crosser y los asientos traseros se pueden retirar, de esta manera queda configurado como un pick up . Las puertas traseras son corredizas.