En un sistema multipunto indirecto, la alimentación se realiza mediante una inyección junto a las válvulas de admisión. La gasolina queda en parte vaporizada, en parte adherida al conducto de admisión, y es arrastrada por el aire hacia el interior del cilindro cuando las válvulas de admisión se abren. De esta manera, se llena todo el volumen de la cámara de combustión con una mezcla homogénea de aire y combustible.
La alternativa es inyectar dentro del cilindro (inyección directa), no antes de las válvulas de admisión. Esto permite un mayor control sobre la cantidad de gasolina, en parte porque parte de ella no queda adherida a las paredes del conducto de admisión. También implica una mayor complejidad del sistema, dado que la inyección debe ser realizada en un lapso de tiempo mucho más pequeño.
Una de las principales ventajas de las que la inyección directa es que facilita el uso de la llamada mezcla estratificada. Todo el combustible se concentra en una pequeña región cercana a la bujía, el resto de la cámara lo ocupa sólo aire. Esto ahorra gasolina pero produce más óxidos de nitrógeno, lo que requiere sistemas de limpieza más complejos que el catalizador de tres vías.
Saab ha intentado aprovechar las ventajas de la inyección directa, pero sin la mezcla estratificada y sus inconvenientes. Junto con la inyección directa, la recirculación interna del gas de escape, un sistema de encendido de chispa variable y la inyección de aire en el cilindro, reduce el consumo y las emisiones de ciertos compuestos contaminantes hasta en un 75%. Y sin alterar básicamente la estructura del motor, a diferencia lo que hace con su motor de compresión variable SVC.
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