El peculiar tratamiento que el SCC da a los gases de escape fresco disminuye el consumo de combustible porque reduce las pérdidas de bombeo, o lo que es lo mismo, el trabajo que tienen que realizar los pistones para succionar el aire hacia el interior de los cilindros.
Cuando un motor de gasolina funciona a plena carga, el aire entra a la cámara de combustión sin ningún impedimento. Cuando la potencia requerida es pequeña, también lo es la cantidad de gasolina inyectada. Pero la relación entre ésta y el aire que se introduce ha de ser casi constante (sobre 14,7 partes de aire por una de gasolina), así que es necesario limitar la entrada de aire mediante la válvula de mariposa. Esto hace que los pistones tengan que realizar un mayor trabajo para introducir el aire en los cilindros y que, por tanto, las pérdidas por bombeo se vean incrementadas.
El motor SCC gasta menos precisamente porque tiene menos pérdidas por bombeo. El reflujo de gases de combustión hacia los cilindros permite introducir únicamente el aire necesario para la combustión, el resto de la cámara se llena con gas de escape. Según Saab, esto se traduce en una reducción del consumo que puede llegar hasta el 10% en carga parcial.
El sistema SCC prescinde también de la válvula EGR para la recirculación de gases. Con todo ello, Saab anuncia que es posible conseguir una reducción del 50% en el monóxido de carbono y los hidrocarburos, y del 75% en el caso de los óxidos de nitrógeno, en comparación con motores equivalente de su gama actual. Y eso con la sola ayuda de un catalizador de tres vías normal.
El desarrollo del SCC lo ha hecho el Departamento de Desarrollo de Motores de Saab, mientras que para el sistema de inyección se ha contado con la colaboración de la empresa australiana Orbital. Saab ha anunciado su intención de introducir el concepto SCC en su gama de vehículos en un plazo de tiempo no muy lejano. |