Las luces, además de para ver, sirven para que nos vean. Es decir, hay que encenderlas antes de que sean necesarias para ver. En algunos países es obligatorio llevar encendidas las luces todo el día; no sólo en países septentrionales como Holanda o Suecia, también en meridionales como Italia.
Los sistemas de encendido automático de las luces conectan las luces cortas cuando la luz ambiente desciende de un valor dado. Un sensor crepuscular colocado en la parte superior del parabrisas se encarga de discernir cuándo es necesario activar las luces. En algunos casos, la sensibilidad de este dispositivo se puede regular. Aunque este sistema es valioso, hay que tener presente que no conecta las luces en ciertos casos, como en niebla cerrada.
El gasto extra de combustible no debe preocuparnos: un coche con las luces de cruce encendidas tiene un consumo eléctrico de unos 130 W. Es decir, un 0,0014 por ciento de la potencia máxima que puede dar un motor de 120 CV.
Tan importante como su correcta utilización es un adecuado mantenimiento. Hay que tratar de mantener limpia la superfice exterior de los faros y pilotos.
A las escobillas limpiafaros las han ido reemplazando unos eyectores de liquido que expulsan agua a presión sobre la superficie exterior del faro. Estos eyectores van montados sobre el paragolpes o sobre el propio faro; en algunos casos est�n a la vista, en otros van escondidos bajo una tapa que la propia presión del agua levanta (como los aspersores ocultos de los jardines). El sistema de limpieza es obligatorio en los faros de xenón.
Este dispositivo es especialmente �til cuando el agua sale caliente. En ese caso sirve para quitar la nieve que se pueda ir acumulando sobre el faro.
En caso de que se haya fundido una bombilla hay que sustituirla lo antes posible. La ley obliga a llevar un juego de lámparas de repuesto excepto para las lámparas de xenón, que debido a la alta tensión a la que trabajan (del orden de unos 25.000 V) han de cambiarse en un taller. Tampoco hay que llevar repuesto de diodos luminosos (LED), debido a que la tarea de reemplazo no se puede hacer sin herramientas y a que se considera que su vida es similar a la del coche (unas 10.000 horas).
A la hora de sustituir una bombilla hay que tener en cuenta que las lámparas de halógeno (H1, H4 o H7) no se deben manipular directamente con los dedos, sino hacerlo con unos guantes o un trapo, para evitar que la grasa que hay en la piel las deteriore.
También es muy importante llevar bien ajustados los faros para que alumbren correctamente. En muchos coches hay una ruleta o unos botones que permiten bajar y subir los faros según la carga que lleve el vehículo: en el manual del coche viene una tabla que indica que posición seleccionar según el uso que le demos al coche. En el caso de los vehículos que montan faros de xenón, éstos llevan un corrector automático de nivel porque deslumbran mucho más que los halógenos.
Si nos cruzamos con un coche que nos deslumbra hay que evitar mirar al foco de luz; suele ser útil buscar la raya que separa la calzada del arcen, o el arcen mismo si no existe esa raya. Puede ser útil dar un breve destello de aviso al conductor que viene de frente y suele ser contraproducente una guerra de ráfagas. |